¿Estatua o realidad? La impactante obra que denuncia el abandono de los ancianos en nuestra sociedad”
En el corazón del Paseo del Arenal, en Bilbao, una figura conmovedora y desconcertante se ha convertido en el epicentro de conversaciones y debates: una escultura hiperrealista de un anciano solitario sentado en un banco. Esta obra, creada por el reconocido artista mexicano Rubén Orozco, tiene un propósito más profundo que simplemente sorprender: busca abrir los ojos de la sociedad ante una realidad alarmante.
Un espejo de la soledad
El realismo de la escultura es tan impresionante que muchos transeúntes se detienen, creyendo que es una persona real, solo para descubrir que se trata de arte. Sin embargo, lo que deja una huella más profunda no es su aspecto visual, sino el mensaje que transmite. Rubén Orozco ha querido representar la cruda soledad y el abandono que enfrentan muchas personas mayores en sus últimos años de vida.
“Es un grito silencioso en medio de una sociedad que avanza rápido y olvida a quienes lo dieron todo para construirla”, comentó el artista en una entrevista reciente. La posición de la figura, con la cabeza ligeramente inclinada y una expresión de melancolía, refleja la tristeza de aquellos que pasan sus días esperando compañía que nunca llega.
¿Por qué en Bilbao?
El lugar elegido para esta obra no es casualidad. El Paseo del Arenal es un punto de encuentro para miles de personas cada día, un lugar lleno de vida, donde la figura solitaria contrasta poderosamente con la multitud que pasa sin detenerse. Es un recordatorio impactante de cómo, incluso en medio de la multitud, muchas personas mayores pueden sentirse invisibles y olvidadas.
¿Qué dice la sociedad?
Desde su instalación, la escultura ha generado una oleada de emociones y opiniones en las redes sociales. Algunos la consideran una obra necesaria para despertar empatía y reflexión, mientras que otros la ven como un recordatorio incómodo de una verdad que preferirían ignorar.
“No pude evitar sentir un nudo en la garganta al verla”, comentó un usuario en Twitter. “Es como si nos estuviera mirando a todos, preguntándonos por qué hemos dejado de cuidar a nuestros mayores”.
El mensaje detrás de la obra
Rubén Orozco no busca solo conmover; quiere que la sociedad actúe. Con esta obra, invita a reflexionar sobre el papel de las familias, las instituciones y la comunidad en el cuidado de los ancianos. ¿Cómo podemos asegurarnos de que ninguna persona mayor pase sus días sintiéndose abandonada?
Un llamado a la acción
La escultura no solo es un recordatorio de la realidad, sino también una invitación a cambiarla. “La soledad no debería ser el destino de quienes nos dieron su tiempo, amor y esfuerzo”, concluye Orozco.