Hermilda Gaviria Berrío nació en el seno de una familia humilde. Sus padres, a pesar de no contar con comodidades, siempre buscaban la manera de que a ella y a sus numerosos hermanos nunca les faltase nada. Su padre, incluso, llegó a cometer delitos. Desde muy pequeña, Hermilda entendería que una de las cosas más importantes en la vida es el dinero.
Hermilda se casó con Abel de Jesús Escobar Echeverri, un antioqueño que, a pesar de no tener estudios, contaba con tierras y ganado; en pocas palabras, un hombre con lo suyo. Para ganarse la vida, la señora trabajaba como maestra, a eso se dedicó durante gran parte de su vida. Entre 1947 y 1958, Hermilda tuvo un total de siete hijos.
A su familia no le faltaba nada, sin embargo, ella nunca estaba conforme y siempre anheló más dinero. Pablo Escobar escucharía los lamentos de su madre y adoptaría esta mentalidad. Pablo Escobar forjó su vida y fue lo que llegó a ser gracias a la persona que lo crió: su madre. Esto lo llevó a ser un hombre con ambición y sin límites para siempre buscar más.
Pero había algo que mantenía humano al atroz jefe de la mafia: el amor infinito que sentía por su familia, especialmente por su madre. Escobar inculcó este amor familiar a sus hijos. Para él, su madre era de lo más importante del mundo, y para Juan Pablo, este sentimiento era igual; amaba sin límites a su abuela.
Pablo Escobar finalmente fue dado de baja. Su incansable búsqueda por riqueza y poder lo había llevado a su fin. Su madre, quien siempre lo había defendido, siguió haciéndolo frente a las cámaras, llegando incluso a mentir, asegurando que no estaba segura de los crímenes de su hijo y que nada de lo que decían de él le constaba.
En esta historia había un pero que no salió a la luz sino hasta después de la muerte del zar. Al parecer, el amor de Hermilda Gaviria hacia su hijo no era tan fuerte como parecía, y lo anterior no era más que teatro. Juan Pablo tuvo la desgracia de ser entrevistado instantes después de la muerte de su amado padre; las palabras que eligió no fueron las mejores y le costarían la paz a él y a su familia.
El cártel de Cali y los pepes tomarían precauciones frente a tal amenaza. Convocaron una reunión con Juan Pablo y su madre para decidir su ejecución. También les cobrarían todo lo gastado en la intensa caza del narco. La viuda de Escobar y su hijo terminaron reuniéndose con los de Cali. El objetivo era hablar sobre la entrega de todos los bienes que había dejado Escobar y acabar con la vida de su hijo, que en aquella llamada amenazante había transmitido querer continuar con lo que su padre hacía.
La reunión se llevaría a cabo en la ciudad de Cali, y Juan Pablo iba con una sola cosa clara: ese sería el lugar de su muerte. Al llegar, se encontraron con los mayores jefes del cártel de Cali. Hermilda Gaviria había traicionado a su propio hijo. Se encontraba sentada del lado de aquellas personas que acabaron con la vida de Pablo, y todo por quedarse con algunos de los bienes que dejó su hijo, dejando claro que su objetivo en la vida siempre fue el mismo: tener más.
Hermilda no era la única que estaba sentada junto a los verdugos de Escobar; los hermanos de Pablo también se encontraban allí y querían lo mismo que su madre: dinero y propiedades. En la reunión, Hermilda insistía para que todos los bienes que Escobar dejó para sus hijos se le entregaran a ella. La reunión terminaría con el perdón de la vida de Juan Pablo. Por algún motivo, los jefes del cártel de Cali sintieron innecesario acabar con su vida.
Esta reunión marcaría un antes y un después para Juan Pablo, su madre y su hermana, quienes luego intentaron a toda costa rehacer su vida fuera de Colombia. Juan Pablo afirma que su tío Roberto Escobar llegó a ser informante de la DEA; se asume que pudo haber aportado información al escuadrón de búsqueda para la caza del zar.
Al final, Hermilda demostró que su forma de ver la vida nunca cambió; siempre su prioridad fue el dinero, el poder y lo material, por encima de todo. La educación que Doña Hermilda inculcó a Pablo Escobar fue lo que al final lo mató. Y ella no dudó de aprovecharse de todo lo que él le pudo ofrecer, sin importar la forma en que lo consiguiera. Puede que lo que hizo en esa reunión lo haya hecho con el objetivo de apoyar a sus otros hijos; sin embargo, esto no cambia que abandonó a su nieto en vida y no honró la voluntad de su hijo fallecido.
Sin duda alguna, Escobar no hubiese sido quien fue sin su madre. Sin duda alguna, quien creó la mente psicópata de Escobar y quien le apoyaba y lo cubría en todo, fue su madre. Y se podría afirmar que el patrón de Escobar era su madre. No se sabe a ciencia cierta desde cuándo ella estaba aliada con los enemigos de su hijo, pero algunos creen que no era algo nuevo e incluso piensan que la baja de Pablo fue posible gracias a ella y a sus otros hijos, cuyas acciones son cuestionadas.