Ver a mi hija de nuevo en la Semana de la Moda, de regreso en Nueva York,
¿Qué puedo explicar sobre lo que se siente?
Además, cada vez que la veo, es como una emoción diferente.
La primera vez fue como: Dios mío, lo que luché para hacer esto.

Y nunca, quiero decir, nunca pude llegar a una pasarela en la Semana de la Moda en Nueva York.
Sin embargo, mira cómo pasan los siglos de la vida y en este momento tengo a mi hija y mi hija tiene éxito.
Estoy tan orgullosa de ella.
Sé lo difícil que es.
Me pongo más nerviosa que ella, porque me pongo más nerviosa que ella, porque sé lo duro que es salir, caminar, causar impacto.
Me identifico mucho con Lina, porque recuerdo lo nerviosa que estaba antes de hacerlo.
Siempre quieres verte bien.
Nunca sabes si tu zapato va a fallar, si vas a tropezar, si vas a resbalar, si hay algo en el suelo que quizás no hayas visto, si tal vez el vestido es más largo y te tropiezas al caminar.
¿No puedes imaginar todo eso que tienes que tener en mente estas modelos?
Porque a veces te prueban tres horas antes del desfile.
No es tan fácil esta cuestión.
Si Lina me pidiera consejo, no.
Lina no es de las que me piden mucho consejo.
Lina siempre me dice: Mamá, siempre me dijiste: disfrútalo.
Y trato de disfrutarlo, luego la regaño: Lina, pero la broma no era para que lo disfrutara así nada más.
Así que, preocúpate, haz preguntas, infórmate.
Oh, mamá, está bien, todo va a estar bien…
Mira, cuando escucho el término madre gallina, no sé cómo me ven desde lejos, pero trato de mantenerme al margen.
Pero si veo algo que está pasando, intervengo.
Así que, sí, puedo ser madre gallina, es posible que sí.
Pero, por ejemplo, ahora estaba en Nueva York y durante cinco de los días no estaba allí, así que tuvo que hacerlo sola, tuvo que manejar cada situación por su cuenta.
Lo hizo maravillosamente.
La diferencia es que cuando estoy allí, grabo y lo publico para ustedes.
Ese vestido, miren.
A ver, Lina estuvo toda la semana de la Moda, estuvo en, creo, cinco desfiles, dos eventos más.
Sin embargo, solo pude ver dos de ellos y luego me sorprendió.
Pero creo que al final, la belleza de esto es que las chicas saben que tienen que persistir, que tienen que seguir adelante,
no importa lo que les digan, porque todos ustedes que me están viendo y sueñan con ser una gran modelo de pasarela,
no es fácil, es difícil.
A Lina le han dicho que no, no saben cuántas veces, pero cuando le dicen que sí, lo aprovecha al máximo.
Y creo que esa es la belleza de este negocio.