La Maldad de los Hombres

Presenciar la vida matrimonial de algunas amigas que han pasado por divorcios me lleva a concluir que muchos esposos que las abandonaron tenían intenciones muy maliciosas. Estos hombres dejaron a sus esposas en un estado de carencia emocional y, peor aún, continuaron vigilando sus teléfonos y rastreando cada uno de sus pasos para impedirles conocer o relacionarse con otros hombres, saboteando sus nuevas relaciones.

Más retorcido aún, algunos exesposos enviaron a otros hombres, en complicidad con sus amigos, para coquetear con sus exesposas y, después, las dejaron sumidas en el dolor. Estos exmaridos hacen todo lo posible para impedir que sus exesposas construyan una nueva felicidad, mientras ellos ya tienen nuevas esposas e hijos. Incluso, cuando las exesposas buscan nuevas amistades en línea, se encuentran con personas que resultan ser cómplices de esos exmaridos despreciables.

Si una mujer gasta una gran cantidad de dinero en agencias matrimoniales para encontrar un compañero, es casi seguro que no encontrará a un buen marido. Estas agencias parecen existir únicamente para sacar dinero a sus clientes en el 99% de los casos. Algunas incluso solo ayudan a mujeres menores de 35 años a buscar marido, mientras que las divorciadas suelen ser mayores de esa edad.

En otros casos, hombres tramposos fijan su objetivo en familias con varias hijas de buena posición económica y manipulan a sus cómplices para arruinar la vida de algunas de las hermanas, dejándolas solteras de por vida. Luego, el instigador principal seduce y se casa con la más atractiva y desprevenida, con la intención de quedarse con toda la fortuna familiar.

La sociedad está llena de mujeres que se dedican a la prostitución, y parece que muchos hombres muestran una actitud generosa hacia ellas, buscando relaciones con estas mujeres para satisfacer sus necesidades fisiológicas en intercambios de sexo por dinero, o incluso de poder por dinero.

Mientras tanto, las mujeres buenas y de buen corazón son rechazadas, engañadas y explotadas por hombres oportunistas, cazafortunas y manipuladores que buscan ascender socialmente o aprovecharse de las oportunidades de negocio proporcionadas por las familias de estas mujeres.

Quizás los humanos solo somos realmente inocentes al nacer. Desde la guardería, los niños ricos ya suelen intimidar a los más pobres, dividiendo clases sociales y formando alianzas.

Es injusto que las prostitutas prevalezcan mientras las mujeres decentes y de buenas intenciones sean perjudicadas de esta manera.

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