Pero el legado de Isabel Santos no termina en la actuación. Su hijo, Alejandro Mirabal, ha heredado su pasión por el arte, destacándose como un reconocido artista conceptual. A través de sus obras, Mirabal explora temas profundos y vanguardistas, convirtiéndose en una figura respetada en el ámbito artístico contemporáneo.
Juntos, madre e hijo representan un verdadero orgullo para Cuba, mostrando cómo el talento y la dedicación pueden trascender generaciones. Mientras Isabel sigue brillando en la pantalla, Alejandro continúa dejando su huella en el mundo del arte. Sin duda, ambos son un ejemplo de cómo el arte puede unir a las familias y enriquecer la cultura de una nación.