A los 75 años, Lindsay Wagner finalmente admite lo que todos sospechábamos

Si creciste en los años 70, es probable que Lindsay Wagner haya sido una figura memorable en tu vida gracias a su icónico papel como Jaime Sommers en la serie de televisión The Bionic Woman y su aparición en The Six Million Dollar Man. Con su mezcla de heroína de acción y símbolo de belleza de su época, Wagner se convirtió en un ícono de la cultura pop. Su interpretación de Jaime Sommers le valió el reconocimiento de la crítica, un premio Emmy a la mejor actriz principal en un papel dramático, así como dos nominaciones a los Globos de Oro y una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. A los 75 años, con más de cinco décadas de carrera en Hollywood, Lindsay Wagner finalmente ha decidido revelar un secreto que ha despertado la curiosidad de sus seguidores durante muchos años.

Una vida personal marcada por la turbulencia

Aunque su éxito en la pantalla fue indiscutible, la vida personal de Lindsay Wagner estuvo marcada por varios matrimonios fallidos. La actriz, conocida por sus papeles en Nighthawks y otros proyectos cinematográficos, se casó cuatro veces pero nunca encontró la relación duradera que deseaba. Su primer matrimonio fue con el magnate de la música Alan Rider en 1971, pero se separaron en 1973, apenas dos años después. La relación, que había comenzado un año antes de su boda, terminó en divorcio debido a “diferencias irreconciliables”. Posteriormente, se la relacionó con el escritor y blogger David Dendy, aunque no está claro si la relación fue antes o después de su matrimonio con Rider.

A pesar de estas dificultades, Wagner se casó nuevamente con el actor Michael Brandon, pero este matrimonio también terminó en separación en 1979, luego de tres años de unión. La actriz confesó que sentía que casarse de nuevo sería “una repetición tonta de la historia”, un sentimiento que surgió de los desafíos previos en sus relaciones personales.

El tercer matrimonio: Henry Kingi y los retos de la vida familiar

En 1981, Lindsay Wagner se casó por tercera vez con el doble de riesgo de Hollywood Henry Kingi. Juntos tuvieron dos hijos: Dorian, nacido en 1982, y Alex, nacido en 1986. Sin embargo, su relación también tuvo dificultades, especialmente debido a sus diferencias en cuanto a los estilos de vida y las prioridades familiares. Wagner, comprometida con la maternidad, a menudo llevaba a su hijo Dorian al set de filmación, lo que generaba tensiones con su esposo. Tras varios años de dificultades, la pareja se separó en 1988.

El divorcio fue aún más complicado por una demanda que Kingi presentó en contra de un incidente de tráfico, en el que estuvo involucrado en una disputa con un conductor en Studio City, que incluyó un tiroteo en el que casi pierde la vida. A pesar de todo esto, Lindsay Wagner continuó con su carrera actoral y se centró en criar a sus hijos de la mejor manera posible.

Un escándalo y controversias públicas

En 2016, Lindsay Wagner se vio envuelta en una controversia cuando respaldó públicamente el Miracle Mineral Solution (MMS), un tratamiento alternativo no aprobado para diversas enfermedades, incluyendo el cáncer y el VIH. El MMS, que la FDA de EE. UU. calificó como un blanqueador industrial tóxico, fue promocionado por la Iglesia Genesis II de Salud y Curación, causando graves efectos secundarios a quienes lo consumieron. A pesar de la controversia, la actriz defendió el producto, lo que la colocó en el centro de un escándalo.

Además, en el ámbito personal, Lindsay Wagner y su hijo Alex Kingi fueron demandados por un accidente de tráfico en el que Kingi fue acusado de provocar un choque por detrás a otro vehículo, lo que resultó en lesiones graves para el conductor del otro coche. Aunque Wagner no estaba conduciendo, como propietaria del vehículo, fue nombrada como parte responsable.

Un milagro de la vida: Escapó de un trágico accidente aéreo

Uno de los momentos más impactantes en la vida de Lindsay Wagner ocurrió el 25 de mayo de 1979, cuando estaba programada para volar de Chicago a Los Ángeles en el vuelo 191 de American Airlines. Justo antes de abordar, Wagner experimentó una sensación de ansiedad tan fuerte que decidió cambiar sus boletos de última hora. El avión se estrelló poco después de despegar, matando a las 271 personas a bordo. Al enterarse del trágico accidente, Wagner reflexionó sobre lo sucedido, comentando que si no hubiera seguido su intuición, probablemente habría estado en el avión. “Si tengo un ángel de la guarda, le estoy eternamente agradecida”, dijo en una entrevista posterior.

La lucha contra el cáncer de pulmón

En 2007, Wagner recibió un diagnóstico que cambiaría su vida para siempre: cáncer de pulmón en estadio 4B, una forma agresiva de la enfermedad. Los médicos le dieron solo tres meses de vida, pero ella desafió las expectativas. Después de someterse a un tratamiento que combinaba medicina convencional y alternativa, logró superar la enfermedad, un logro que compartió públicamente para aumentar la conciencia sobre el cáncer de pulmón.

En sus entrevistas, Wagner enfatizó la importancia de realizarse exámenes preventivos para detectar el cáncer de pulmón a tiempo, incluso si nunca se ha fumado. “Nunca fumé un solo cigarro en mi vida, pero resulta que todos tenemos una copia del gen ALK, y el mío mutó, lo que causó que se formara el cáncer en mis pulmones”, explicó en una de sus campañas de concienciación. Ahora, como sobreviviente, trabaja incansablemente para desestigmatizar la enfermedad, alentando a las personas a que se sometan a chequeos regulares y a que no tengan miedo de hablar sobre el cáncer de pulmón.

Un legado de superación

A pesar de todos los obstáculos en su vida personal y profesional, Lindsay Wagner ha demostrado ser una mujer resiliente. Ha utilizado su plataforma para promover la salud, el bienestar y la importancia de la detección temprana de enfermedades graves, mientras continúa siendo una fuente de inspiración para las generaciones más jóvenes. Su vida, marcada por triunfos, tragedias y superaciones, es un testimonio de su fuerza interior y de su deseo de hacer el bien en el mundo.

Hoy en día, Lindsay Wagner sigue viva, sana y más comprometida que nunca con su misión de ayudar a los demás.