Charytín Goyco, una de las figuras más queridas de la televisión y la música latina, está a punto de celebrar sus 80 años, y su vida, aunque llena de logros impresionantes, también ha estado marcada por profundos desafíos personales que la han transformado. A lo largo de su carrera, ha sido una artista resiliente que ha sabido afrontar la adversidad con una fuerza admirable, pero el camino no ha sido fácil.
Charytin Dream Wedding

Una Infancia Marcada por la Adversidad

Charytín nació en Santa Lucía, El Seibo, República Dominicana, en una familia con raíces complejas que incluían ascendencias española, francesa, rusa y montenegrina. Su madre, María del Rosario Rodríguez, huyó de la dictadura de Franco en España, lo que ya de por sí marcó el inicio de una vida de desplazamientos y dificultades. La relación de sus padres fue tumultuosa, y las constantes discusiones entre ellos llevaron a su madre a regresar a España, donde Charytín pasó una parte de su infancia.

Este período en España, donde se sentía como un pez fuera del agua, hizo que Charytín creciera con una sensación de ser extranjera tanto en su país de nacimiento como en el de su madre. Años más tarde, recordó con nostalgia ese tiempo, comentando que su vida parecía una telenovela, pero que era completamente real.

La violencia doméstica que vivió en su hogar, a raíz de los problemas de alcoholismo de su padre, dejó una huella imborrable en su infancia. En su libro Charitín: El tiempo pasa pero yo no, relató los dolorosos recuerdos de esos años, donde la violencia se volvía una sombra constante sobre su hogar. Su padre, aunque era un hombre devoto, se transformaba en alguien impredecible y peligroso cuando consumía alcohol.

El Ascenso al Estrellato
Charytin Dream Wedding

A pesar de sus traumas, Charytín encontró su verdadera vocación en el mundo del entretenimiento. En la década de 1970, su talento la llevó a la televisión de Puerto Rico, donde se unió al programa El Show del Mediodía, convirtiéndose rápidamente en una de las personalidades más queridas de la pantalla. Su elegancia, carisma y versatilidad como cantante, actriz y presentadora la hicieron destacar.

Durante años, Charytín cautivó a su audiencia con su programa de televisión El Show de Charytín, que se transmitía en Guapa TV, donde recibía a grandes figuras de la música y la televisión. También ganó reconocimiento internacional cuando representó a la República Dominicana en el Festival OTI de 1974, donde interpretó “Alexandra”, un tema que se convirtió en un clásico. Su carrera musical también floreció con éxitos como Mosquita Muerta, que la consolidó como una artista multifacética en toda América Latina.

El Dolor Personal y la Pérdida de su Esposo

En la década de 1990, Charytín experimentó un cambio importante en su vida personal. Se casó con Elin Ortiz, productor y actor de televisión, con quien compartió 45 años de matrimonio. Juntos, tuvieron tres hijos: Shalim, Sharina y Alexander. Sin embargo, la vida le dio un golpe devastador cuando en 2015, Charytín reveló que su esposo estaba luchando contra la enfermedad de Alzheimer.

Elin Ortiz, quien había sido su compañero inquebrantable, fue lentamente consumido por la enfermedad, lo que llevó a Charytín a enfrentar uno de los momentos más difíciles de su vida. En 2016, Elin falleció, lo que marcó el comienzo de un periodo de dolor profundo para Charytín. La soledad y la tristeza que sintió después de su partida la afectaron enormemente, y la pandemia de COVID-19, con su aislamiento social, amplificó aún más su dolor.

Charytín confesó que, tras la muerte de Elin, se sintió como si estuviera viviendo en una isla desierta, perdida en un mar de recuerdos dolorosos. Durante esos años, luchó contra una profunda depresión, un dolor emocional que la paralizaba. Aunque tuvo el apoyo de su familia y de su comunidad, la ausencia de Elin dejó un vacío imposible de llenar.

Un Legado de Resiliencia

A pesar de los duros golpes de la vida, Charytín Goyco continúa siendo una figura que inspira con su fortaleza y su capacidad para seguir adelante. Su historia no es solo la de una artista exitosa, sino también la de una mujer que ha sabido enfrentar la adversidad con una dignidad única. A sus 80 años, Charytín sigue siendo un ícono de la televisión y la música latina, y su legado perdura como un testimonio de su talento y su capacidad para superar las dificultades que la vida le presentó.

Hoy en día, aunque sus recuerdos y su corazón aún llevan el peso de sus pérdidas, Charytín sigue siendo una luz brillante en el panorama artístico latinoamericano. Su vida es un testimonio de la resiliencia humana y de cómo el arte puede ser un refugio frente a la tormenta de la vida.