¡Una madre difícil de llevar!
Tengo 15 años y acabo de terminar el examen de C3. Como siempre, después de los exámenes de verano, voy a pasar tiempo en la casa de mis abuelos paternos. Cada año, cuando llegan las vacaciones de verano, siempre me voy a mi pueblo, mientras que mi madre se ha casado dos veces. Soy hija del segundo esposo y tengo una hermana mayor, que es hija del primer esposo. Mis padres se divorciaron cuando yo tenía 3 años, por lo que crecí con mi madre.
Cuando comencé el jardín de infancia, cada verano mi padre me recogía para llevarme a la casa de mis abuelos paternos, y siempre me sentía feliz porque mis abuelos me querían mucho ya que soy su nieta mayor (soy la hija única de mi padre), por lo que él y mis abuelos me consentían mucho. Pero cuando regresaba con mi madre para seguir estudiando, siempre lloraba porque vivir con ella era como vivir en el infierno. Mi madre siempre me gritaba y me pegaba, y nunca me escuchaba cuando intentaba explicarle algo. Aunque tratara de explicarle, ella siempre pensaba que yo estaba discutiendo y no me dejaba hablar. Así viví con mi madre desde pequeña hasta ahora. Cada vez que me pegaba o me regañaba, yo llamaba a mis abuelos y a mi padre.

Cuando llegué a la primaria, las cosas seguían igual, siempre volví a la casa de mis abuelos en verano, pero la situación en casa de mi madre no cambiaba. Cuando llegué a la secundaria, mis amigos me molestaban por no tener un padre, porque solo veía a mi papá una vez al año. Yo me callaba y me iba a otro lugar porque no sabía qué decir. Me sentía muy triste, y al volver a casa, tenía que enfrentarme a mi madre, que siempre me regañaba, llamándome tonto. Mi madre nunca me felicitó por mis logros. Aunque era un buen estudiante, considerado como “bueno”, para mi madre siempre era un tonto. Cuando sacaba buenas calificaciones, ella siempre pensaba que había hecho trampa y nunca reconocía que esos puntos los había ganado por mi esfuerzo.
Cuando llegué a octavo y noveno grado, me esforcé mucho para pasar al C3. Mi madre siempre me amenazaba diciendo: “Si no pasas al C3, vete a vivir al pueblo”. Por eso, me concentré mucho en estudiar. Cuando llegué al verano después del examen, decidí ir a mi pueblo para descansar, pero también quería quedarme allí para estar cerca de mis abuelos y mi padre, porque solo los veía una vez al año. Vivir con mi madre era difícil, porque solo estábamos los dos, y aunque me trataba como un sirviente, lo aceptaba porque ella trabajaba duro para mantenerme. Sin embargo, cada vez que cometía un error, me regañaba severamente. Mi hermana trabaja en el pueblo, así que solo estábamos mi madre y yo, y me gustaría pedir consejo a las personas: ¿debería quedarme a vivir en el pueblo para estudiar allí y estar cerca de mis abuelos y mi padre, o quedarme con mi madre y soportar sus palabras amargas?