El genio de la informática que murió de cáncer y dejó ‘6 palabras’ a su hijo pequeño: Al leerlo, descubrirás un tesoro

El mensaje de un padre genio a su hijo pequeño conmueve a cualquiera que lo lea, ofreciendo lecciones de vida profundas y valiosas.

Este padre era Wei Yan Zheng (1975 – 2016).

Fue una de las figuras más importantes en la historia del desarrollo de Huawei, el gigante tecnológico de China.

Nacido en una familia humilde, Wei Yan Zheng, con esfuerzo constante, logró ascender rápidamente dentro de Huawei, alcanzando un puesto de alto nivel a los 36 años. Sin embargo, lamentablemente, cuando estaba en la cima de su carrera, este hombre brillante, formado en la Universidad de Pekín, la mejor universidad de China, falleció debido a una enfermedad incurable.

Tras un viaje de negocios, Wei Yan Zheng descubrió que un dolor persistente en su dedo meñique era causado por un tumor maligno. El diagnóstico fue devastador, ya que no había esperanza de cura para esta enfermedad. Esto significaba que enfrentaba una sentencia de muerte, aunque no se sabía cuánto tiempo le quedaba.

Al recibir la noticia, Wei Yan Zheng quedó en shock, incapaz de comprender cómo la vida le había jugado tan sucio. Después de tanto esfuerzo para alcanzar el éxito, todo parecía desmoronarse debido a un pequeño tumor. Lo más doloroso era que su familia debía enfrentar esta cruel realidad, especialmente sus padres y su esposa e hijos.

El Viaje hacia el Éxito en Tecnología

Wei Yan Zheng nació en 1975 en Xinjiang, China, en una familia de clase trabajadora, siendo el menor de dos hermanos.

Desde joven, Wei Yan Zheng mostró un gran talento académico. Después de graduarse de la escuela secundaria, fue admitido en la Universidad de Pekín para estudiar Ciencias de la Computación. En ese entonces, la informática era un campo emergente con pocos seguidores.

Después de graduarse, Wei Yan Zheng continuó sus estudios de maestría y doctorado en Computación en Singapur y el Reino Unido, trabajando también en la gestión de tecnología en el Reino Unido.

En 2006, regresó a China y se unió a Huawei, donde obtuvo un salario impresionante. Durante su tiempo de estudios y trabajo, Wei Yan Zheng fue admirado por muchos.

El Impacto de la Triste Noticia

Un hombre tan talentoso, diagnosticado con cáncer a los 35 años, es una tragedia que conmueve profundamente.

Al principio, Wei Yan Zheng decidió no contarle a sus padres sobre su enfermedad, pero cuando fue necesario someterse a una cirugía, volvió rápidamente a su ciudad natal para contarles la verdad.

Su hermano mayor ya había muerto en un accidente, por lo que sus padres pensaban que el hijo menor siempre estaría a su lado. Pero, lamentablemente, se encontraron con la dolorosa realidad de que también perderían a su hijo menor.

La Tragedia de un Padre Separado de su Hijo

La mayor tristeza para Wei Yan Zheng no fue solo su enfermedad, sino el hecho de que su hijo recién nacido no podría crecer junto a él. Durante su matrimonio, Wei Yan Zheng siempre había soñado con enseñar a su hijo todo lo que había aprendido en la vida, convirtiéndose en un legado de éxito para su hijo.

La enfermedad de cáncer destruyó todos esos sueños. Con cada día que pasaba, Wei Yan Zheng se preocupaba más por el poco tiempo que quedaba para estar con su hijo. Sabía que el tiempo era limitado y que no podría verlo crecer, aprender de él ni acompañarlo en los momentos más importantes de su vida.

Un día, Wei Yan Zheng le preguntó a su hijo: “¿Sabes que papá está enfermo? ¿Sabes que esta enfermedad podría matarme? ¿Entiendes qué significa la muerte? Es como cuando un pez en el supermercado muere, ya no puede vivir en el agua, y nadie más lo verá”.

Su hijo le preguntó: “Si papá muere, ¿volverás alguna vez? ¿Podré volver a verte?”

La pregunta de su hijo hizo que Wei Yan Zheng se echara a llorar. Sabía que su hijo no quería separarse de él, pero solo podía negar con la cabeza. El niño comenzó a llorar también.

Para transmitir lo más importante a su hijo antes de morir, Wei Yan Zheng pensó durante muchas noches. Aunque quería escribir toda su experiencia y lecciones de vida, se dio cuenta de que el tiempo era escaso. Finalmente, dejó seis palabras sencillas para su hijo.