Enrique Guzmán, uno de los artistas más emblemáticos del rock mexicano, atraviesa una etapa difícil en su vida. A sus 81 años, el cantante, conocido por su carisma y energía sobre el escenario, se enfrenta a una realidad personal y profesional muy diferente a la que vivió en sus años de gloria. Tras décadas de fama y controversias, Guzmán ha decidido abrir su vida como nunca antes, dejando al descubierto las sombras de su pasado y las luchas internas que han marcado su vida.
A los 14 años, tras un encuentro con los hermanos Martínez, fundó la banda Los Teen Tops, que se convertiría en un pilar del rock mexicano. Desde ese momento, Enrique Guzmán emergió como un ídolo juvenil, con su inconfundible estilo rebelde y su enérgico carisma sobre el escenario. El éxito fue inmediato, y canciones como La Plaga o El rock de la cárcel hicieron de Guzmán una estrella, consolidándolo como un ícono de una generación.
En sus primeros años de carrera, Guzmán comenzó a lidiar con problemas de abuso de sustancias, lo que mermó su estabilidad emocional y personal. Su comportamiento impulsivo y sus problemas internos se reflejaron en su vida privada, marcando el comienzo de una serie de relaciones turbulentas.
La década de los 80 estuvo marcada por intentos de recuperar su lugar en la industria, con algunas participaciones en festivales y la apertura de su club nocturno La Plaga, donde revivió sus días de gloria como músico. No obstante, el escándalo y la controversia siguieron persiguiéndolo. En 2012, Enrique se vio envuelto en un altercado con la actriz Lorena Velázquez, quien lo acusó de agresión. Aunque Guzmán negó las acusaciones, este episodio solo sumó más sombras a su ya polémica vida.
A lo largo de su vida, Enrique Guzmán ha sido señalado por su actitud agresiva y su conducta controvertida, especialmente hacia las mujeres. En varias entrevistas, sus comentarios sobre el acoso sexual y la responsabilidad de las mujeres en la forma en que se visten generaron indignación y fuertes críticas, acusándolo de tener una perspectiva retrógrada y dañina sobre estos temas.
El escenario que antes lo aplaudía hoy lo observa con una mezcla de admiración y rechazo. En sus últimas entrevistas y presentaciones, Enrique Guzmán ha hablado de sus errores y de los momentos oscuros de su vida. “Mi vida ha sido una montaña rusa”, dijo en su concierto en 2017, recordando tanto los grandes logros como los errores que marcaron su camino. Sin embargo, para muchos, la montaña rusa de Guzmán es también la historia de un hombre que nunca dejó de pelear con los demonios de su propio pasado.