Ahora ha sido el cantante el que ha querido salir a defender a su primera mujer de los ataques que ha estado recibiendo en estos últimos meses desde el anuncio de su ruptura de Mario Vargas Llosa a finales del año pasado. “Han muerto dos de sus exmaridos, que estoy absolutamente seguro de que también la hubieran defendido en este momento, y yo le tengo mucho cariño, así que hay algunas cosas que quiero decir. Sé que me estoy metiendo en camisa de once varas y que esto no es propio de mí, pero quiero hacerlo por mi exmujer, por Isabel, porque se lo merece y porque es profundamente injusto cómo se están comportando con ella”, ha dicho en exclusiva en ¡Hola!. “Fuera como fuese la ruptura, un caballero y un señor sabe cómo acabar las cosas. Se sale públicamente y se le desea a la otra persona toda la felicidad. Y si alguien quiere entrometerse, se dice que es un tema de dos en el que no hay que meterse y sí respetar. El comportamiento del señor Vargas Llosa ha dejado mucho que desear. Un señor que ha convivido durante ocho años con una señora tiene que saber actuar y controlar cómo actúan las personas de su alrededor”, ha dicho sin tapujos.

“Isabel es excepcional, una campeona de verdad. Como madre es ejemplar, cariñosa y generosa, y como mujer, un diez y una maestra de la vida, y eso lo sabemos las personas con valores que hemos compartido su vida. Es totalmente injusto lo que le está pasando desde hace unos meses. Son represalias contra el éxito que ha tenido en su vida. Siempre tendrá mi apoyo y mi cariño y hoy no iba a ser menos, solo que lo hago públicamente”, ha concluido el intérprete de Me olvidé de vivir.

Isabel y Julio se casaron por la iglesia el 29 de enero de 1971 en Illescas, Toledo, y su separación llegaba casi ocho años después. Una mañana del verano de 1978 Isabel Preysler fue a buscar a su marido al aeropuerto de Madrid y allí le dijo en voz baja: “Julio, tú tuviste que pedirme muchas veces que nos casáramos, pero yo te voy a decir una sola vez que nos separamos”.

Pocos días después, el 22 de julio, llegaba el comunicado en su revista de cabecera: “Saliendo al paso de posibles especulaciones o noticias escandalosas que puedan tener origen en la situación personal nuestra, conjuntamente nos consideramos obligados a explicar, de una vez para siempre, la determinación a la que libremente hemos llegado de separarnos legalmente. Ante todo, el supremo interés por nuestros hijos nos obliga a resolver de una forma amistosa y legal nuestra situación personal. Las razones, por ser íntimas, quedan para siempre en nuestras conciencias”.

Y así fue. Después de su separación oficial, ni el cantante ni la reina de corazones han vuelto a hablar de su matrimonio ni de los motivos que les llevaron a divorciarse. Él cantó Hey en 1980, dentro de un álbum que superó los 75 millones de discos vendidos en todo el mundo. “No vayas presumiendo por ahí, diciendo que no puedo estar sin ti (…). Ya ves, tú nunca me has querido, ya lo ves”, dice el tema, aunque Julio asegura que no le dedicó la canción a nadie en concreto.

La cordialidad entre ellos siempre ha sido patente e incluso en octubre de 1984, Julio Iglesias se prestó a que Isabel Preysler lo entrevistara en Miami cinco años después de la ruptura y cuando ella ya era marquesa de Griñón. Ese mismo año, en mayo, celebraron además juntos la Comunión de su hijo Enrique aunque no posaron para ninguna publicación. Sí lo hicieron en septiembre de 1993 y por un motivo familiar: la primera boda de Chábeli Iglesias con Ricardo Bofill Jr. En la portada de ¡Hola! aparecieron los novios junto a Julio Iglesias e Isabel Preysler.

Pocos minutos antes, el padre de la novia le dijo a su hija, la niña de sus ojos, una de las frases que ya son historia del corazón: Chábeli, tengo el avión a diez minutos de aquí. Nos vamos todos y les dejamos con la boda”. Así lo contó ella años después en Vogue. Pero estaba enamorada y caminó hacia el altar del brazo de Julio. En las imágenes se pudo ver a Julio y su ex mujer muy sonrientes uno al lado del otro. Isabel iba vestida con una falda midi verde, cinturón amarillo y una torera en tono rosa empolvado por encima e Iglesias con traje negro y corbada beige.

El amor que se profesaron en su momento derivó en un gran cariño e incluso Julio quiso agradecer al segundo marido de Isabel, Carlos Falcó, cómo había cuidado de sus tres hijos durante años. “Una vez en una cena en Miami coincidieron Carlos y Julio, y Julio se le acercó a él para darle las gracias por cómo se había portado con mis hijos, por lo bueno que había sido con ellos y por lo cariñoso que había sido siempre con Chábeli, Enrique y Julio”, contó Preysler en Lazos de Sangre.

No volvimos a verlos juntos hasta noviembre de 2012 y por una nueva boda: la de Julio José con Charisse Verhaert en la finca El Rincón, propiedad de Carlos Falcó, del que Isabel se había separado en 1985. De nuevo, Isabel y Julio posaron en la portada junto a los novios, pero en esta ocasión Isabel estaba a un lado, junto a su hijo y agarrándole la mano, y Julio al otro, al lado de Charisse y mostrando una gran sonrisa.

“Afortunadamente nos llevamos muy bien y todo ha ido estupendamente”, decía Isabel, que ejerció de madrina y en un momento se le pudo fotografiar dándole la mano a su ex en un gesto de cariño muy emotivo. “Mis padres se llevan de maravilla. No se ven pero hablan por teléfono y se preocupan por la vida del otro. Tienen una buena relación y buena armonía”, decía el novio. También se vio muy cariñoso al cantante con su exsuegra, Beatriz Arrastia, a la que dijo que adoraba.

Nunca más les hemos vuelto a ver juntos, pero incluso cuando en 2015 salió a la luz la relación de Isabel Preysler con Mario Vargas Llosa, Julio Iglesias se mostró feliz porque su ex había encontrado el amor de nuevo. “Si la gente es feliz de esa manera, pues hay que aplaudirle”, dijo en El Comercio. “Yo salí de ese menester hace 30 años y no he vuelto a juzgar ninguna situación de mi exmujer, como tampoco ella lo ha hecho de mí”, comentó.

Hace tan solo un par de meses, cuando Tamara Falcó –que al cantante le llama cariñosamente “tío Julio”– contó que había dado una segunda oportunidad a Íñigo Onieva después de la deslealtad del empresario, dio a entender que su madre y el artista mantenían una relación cordial y que hablaban de vez en cuando e incluso contó una conversación protagonizada por Isabel y Chábeli poco antes de su reconciliación con Onieva.  “Mi madre dijo: “Enamorada es lo que estaba yo de tu padre, que me rompió el corazón y por eso no le pude perdonar”. Yo pensé: “Nunca se han dado una oportunidad y me dio qué pensar sobre el amor”, contó la marquesa de Griñón.

Esa buena relación que siempre ha existido entre el artista y la socialité la confirmaba hace unos días su hijo Julio José: “Mis padres se llevan de maravilla, pero muy bien, de verdad, y hablan a menudo, porque mi madre me dice: “He hablado con tu padre”. Cualquier cosa que pasa en la familia, el primero en llamar es mi padre a mi madre o viceversa”, aseguraba.

Isabel Preysler y Julio Iglesias: su relación tras el divorcio**

Isabel Preysler y Julio Iglesias, dos íconos del mundo del entretenimiento y la sociedad española, han mantenido una relación marcada por la discreción y el respeto mutuo tras su separación. A pesar de que su matrimonio fue uno de los más mediáticos en la década de los 70, su divorcio no estuvo acompañado de escándalos o controversias públicas. En su lugar, ambos han preferido mantener un perfil bajo respecto a su vida privada, lo que ha permitido que, a lo largo de los años, sigan preocupándose el uno por el otro, aunque ya no como pareja.

El fin de una relación mediática**

El matrimonio entre Isabel Preysler y Julio Iglesias fue seguido con atención por los medios de comunicación desde el principio. Ambos eran jóvenes, atractivos y con carreras que despuntaban: Julio, como uno de los cantantes más prometedores de España, e Isabel, como una figura emergente de la alta sociedad. Juntos, formaron una de las parejas más glamorosas de la época, y su vida personal fue objeto de constantes titulares. Sin embargo, tras siete años de matrimonio y tres hijos en común —Chábeli, Julio José y Enrique—, decidieron tomar caminos separados en 1978.

Aunque su divorcio fue noticia de primera plana, la ruptura se manejó de manera tranquila. En lugar de protagonizar enfrentamientos públicos, ambos optaron por el silencio y la discreción, una actitud que ha definido su relación hasta el día de hoy. A diferencia de otros divorcios de celebridades, no hubo batallas legales ni declaraciones explosivas en los medios.

Portadas compartidas: el respeto permanece

A lo largo de los años, Isabel Preysler y Julio Iglesias han sido protagonistas de diversas portadas de revistas, incluso después de su divorcio. Sin embargo, esas apariciones han sido siempre desde una óptica de respeto y admiración mutua. Uno de los momentos más recordados por el público fue cuando, tras años de su separación, compartieron una portada juntos, lo que sorprendió a muchos, ya que demostraba la cordialidad que mantenían.

A pesar de haberse distanciado como pareja, siempre han mostrado apoyo mutuo en los momentos importantes de sus vidas, especialmente en lo relacionado con sus hijos. Cada uno ha seguido su propio camino sentimental, pero el vínculo que compartieron nunca se ha visto afectado por sus nuevas relaciones. Isabel ha sido abierta en cuanto a la importancia de Julio como padre de sus hijos y ha destacado en varias entrevistas que siempre le guardará cariño.

Llamadas frecuentes y preocupación mutua

Uno de los aspectos más sorprendentes de la relación actual entre Isabel Preysler y Julio Iglesias es la frecuencia con la que se mantienen en contacto. Según algunas fuentes cercanas a ambos, continúan preocupándose por la salud y el bienestar del otro, y no es raro que se llamen con cierta regularidad. Estas llamadas no tienen ningún trasfondo romántico, sino que son un reflejo del respeto y el cariño que aún sienten tras tantos años.

Julio Iglesias, a pesar de haber tenido una vida marcada por el éxito internacional y múltiples compromisos profesionales, siempre ha mantenido una conexión especial con Isabel, dado el rol clave que jugó en su vida durante sus primeros años de fama. Por su parte, Isabel ha mantenido una postura de gratitud hacia Julio, especialmente por el vínculo que él sigue manteniendo con sus hijos, quienes han crecido y seguido sus propias carreras, algunos incluso dentro del mundo del espectáculo, como Enrique Iglesias.

Un ejemplo de cordialidad tras el divorcio

La relación entre Isabel Preysler y Julio Iglesias tras su divorcio se ha convertido en un ejemplo para muchas otras parejas de celebridades. En lugar de caer en el drama o en enfrentamientos mediáticos, ambos han demostrado que es posible mantener una relación cordial y respetuosa, incluso después de una separación. Las muestras de preocupación mutua y su continuo contacto demuestran que, aunque su relación como pareja terminó hace décadas, su historia no ha perdido la base de afecto y respeto.

En definitiva, Isabel Preysler y Julio Iglesias han sabido construir una relación post-divorcio que, aunque ya no sea romántica, sigue siendo significativa. Ambos han seguido adelante con sus vidas, pero su vínculo, forjado en una época de juventud y éxito, ha perdurado en el tiempo, convirtiéndose en una muestra de madurez y cordialidad que muchos admiran.