Mi exmarido suplicó volver conmigo y, al no lograrlo, fingió desmayarse para arruinar mi cita con mi jefe

Mi exmarido y yo llevamos casi tres años divorciados. Actualmente, trabajo en un spa en Hanói con un ingreso bastante estable.

Él, antes, trabajaba en empleos precarios en nuestra ciudad natal, pero hace más de un año se mudó a Hanói. Según tengo entendido, un conocido lo ayudó a conseguir trabajo en una empresa de bienes raíces. Lo escuché presumir que con solo vender un proyecto al año ya tendría suficiente para vivir cómodamente.

Aunque corté completamente el contacto con él, de alguna manera consiguió mi número de teléfono y mi cuenta de Facebook. De vez en cuando me manda mensajes de texto o realiza llamadas sin importancia.

Yo, por mi parte, nunca contesto ni respondo. ¿Qué sentido tiene mantener contacto? No queda nada entre nosotros. Sin embargo, parece que él no lo entiende así y busca cualquier excusa para comunicarse conmigo casi a diario. Incluso ha preguntado por mí a nuestros amigos en común, tratando de averiguar en qué trabajo, cuánto gano, si tengo una nueva relación, etc.

Por precaución, tuve que pedirles a mis amigos más cercanos que, si él preguntaba por mí, simplemente respondieran que no sabían nada.

En el pasado, nuestro amor fue apasionado. Pero, después de casi un año de matrimonio, nos divorciamos. La razón fue que me descubrió respondiendo un mensaje de texto de mi exnovio de la secundaria.

No había nada comprometedor: yo le expliqué que esa persona ya estaba casada y con hijos, y que entre nosotros no había nada más que una amistad. Él simplemente había encontrado mi perfil de Facebook y me saludó. Yo respondí por cortesía. ¿Qué hay de malo en eso?

Todo era completamente inocente, pero cuando mi entonces esposo se enteró, armó un escándalo diciendo que yo estaba siendo infiel en mi mente.

Hizo un alboroto tan grande que llegó a involucrar a ambas familias. Incluso fue a casa de mis padres y les dijo:
“El Thu está teniendo contacto con su exnovio. ¡Me ha puesto los cuernos y me los dejó bien largos! Si ustedes no pueden educarla, yo lo haré”.

Fue entonces cuando decidí divorciarme. Aunque él se disculpó después, ya era demasiado tarde. Tras el divorcio, me inscribí en un curso de estética y me mudé a Hanói para trabajar.

El año pasado conocí a mi actual pareja, que es mi jefe. Es un hombre soltero, muy comprensivo y siempre me apoya. Hemos estado juntos por casi un año, y ya tenemos planes de casarnos. Todo esto lo he mantenido en secreto de mi exmarido, ya que temía que intentara arruinar mi felicidad.

Sin embargo, de alguna manera, él se enteró. Supongo que frecuenta mi lugar de trabajo para espiarme. En mi cumpleaños, cuando estaba en una cita con mi novio, mi exmarido apareció de la nada. Frente a mi pareja, me rogó que le diera otra oportunidad para volver a estar juntos. Pero, por supuesto, lo rechacé rotundamente.

Al no conseguir lo que quería, fingió desmayarse, lo que me puso nerviosa porque no sabía cómo manejar la situación. Por suerte, mi novio tiene conocimientos básicos de primeros auxilios. Presionó un punto debajo de la nariz de mi ex, haciéndolo gritar de dolor y, por ende, detener su actuación.

Sé que probablemente tendré que lidiar con este hombre en el futuro, pero estoy segura de que podré manejarlo. Además, mi pareja me prometió:
“Haré todo lo posible para que ese tipo no vuelva a acercarse a ti”.

Después de todo lo que he pasado, siento que todavía tengo mucha suerte.