de Chespirito y Doña Florinda se ha hablado hasta el cansancio, pero con estas palabras brindadas tres años antes de su partida, Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, hace un mea culpa de los errores que había cometido en su vida, y Florinda Meza no estaba exenta en el tema.
El periodista de CNN responsable de esta entrevista contó que mientras caminaba a su encuentro, vio cómo Doña Florinda, sin un mínimo de educación, gritaba a los organizadores. Intentó justificar sus gritos por algún descuido en la organización, pero luego se dio cuenta de que en realidad así era ella. Lo demostró en la entrevista, donde por cada pregunta que le hacían a Chespirito, Florinda terminaba interviniendo.
El núcleo de su conferencia son los valores. No solo eso, también cuestionaba sus opiniones sin importar que había público y una cámara enfrente. En esta grabación que tiene más de 6 millones de vistas, todos los comentarios coinciden: incomodidad, tristeza, miedo, amargura, remordimiento y arrepentimiento son lo que refleja el hombre que unió a todo el mundo con sus personajes cuando es confrontado por Florinda Meza.
Una entrevista en la que Chespirito hace hincapié en que cambiará todo, no sin antes mirarla como haciendo una retrospección de las malas decisiones que tomó.
Incluso cuando estaban ingresando al evento, Florinda seguía discutiendo con la prensa su cuidado excesivo, casi obsesivo. Esto hacía que muchos se preguntaran por qué este comportamiento tan invasivo. En la intimidad de su hogar, Chespirito reflexionó sobre todo lo que hizo en la vida. En septiembre de 2011, pudo mostrarlo ante cámaras, sobre todo porque Graciela Fernández, su primera esposa, no merecía un final de matrimonio así.
No se lo merecía una mujer maravillosa, íntegra, super católica, amante de su marido y de sus hijos. La madre salió lastimada, y eso siempre como hijo va a ser. Se ha dicho que Roberto Gómez dejó su esposa por una mujer mucho más joven, como Florinda. No obstante, cuando conoció a Graciela, ella tenía 13 años y él 22; ambos tuvieron que esperar a que cumpliera la mayoría de edad para casarse.
Graciela era su vecina y lo conoció cuando trabajaba como creativo en una agencia de publicidad. Ambos entendían a la perfección y con su suegra mantenía una relación muy cercana. Fue la madre de sus seis hijos, quienes hoy resguardan y mantienen vivo el legado de su padre.
Cuando Roberto ingresó a la televisión, lo hizo escribiendo guiones para Viruta y Capulina, y su salto como actor fue cuando, en uno de sus programas, faltó uno de los personajes que había creado.
El Chapulín Colorado le dio internacionalización, pero quien le abrió las puertas de los hogares del mundo fue el inocente huérfano Chavo del 8. Durante muchos años, la vecindad fue una verdadera familia encabezada por su director y guionista, Roberto Gómez Bolaños.
Al principio, solo fueron El Chavo del 8 o la Chilindrina, Kiko y don Ramón. Pero cuando Doña Florinda ingresó al elenco, las cosas poco a poco se complicaron. Había sido novia de Kiko y luego eso con Chespirito.
Primero fue el productor Enrique Segoviano y luego Carlos Villagrán, quien estaba casado y tenía una familia. Kiko fue muy enamorado. Aunque estaba casado, también estaba con Carlos.
Finalmente, Chespirito, haciendo un mea culpa, aceptó en su vejez la infidelidad a su esposa. Si alguien quiere decir que Florinda Meza se metió en una relación de matrimonio, o sea, le quitó el marido a la primera esposa, sí. Era infiel, él andaba con todo el mundo.
Florinda Meza se esforzó por decir que su relación con Roberto empezó mucho después de que se separara de su esposa, y puede ser cierto, pero el mismo Chespirito confesó que cuando la vio por primera vez fue un flechazo al instante.
Chespirito nunca fue partícipe de entregar papeles solo por tener amoríos. Sin embargo, se animó a cortejarla cuando ella tomó la iniciativa de coquetearle. Pero así como este romance florecía, las cosas en casa se ponían color de hormiga. La distancia entre Graciela y él empezaron a notarse; supuestamente a ella no le gustaba su posición como actor y Chespirito le parecían aburridas las amistades de su esposa.
Es tiempo no le gustaba. Así como acabó su matrimonio, también sucedía con la vecindad del Chavo. Se decía que le molestaba mucho que ya no fuera Roberto el que dirigiera o diera las ideas, o les dijera qué hacer. Poco a poco, sus compañeros entrañables se bajaban del barco y lo dejaron en medio de todo. Se levantaron varias versiones de vetos, poca paga y la más sonante: Florinda Meza no solo se tomaba atribuciones que no le correspondían, sino que también puso una barrera entre Chespirito y su elenco.
María Antonieta recuerda que un día lo encontró en un hotel, se abrazaron y prometieron llamarse. Solo que había un pequeño detalle: Florinda sabía que llamaría. Desde entonces, ya no me contestaba.
Florinda tenía una manera controladora y a veces posesiva de amar. Nadie quita que se entregara al cuidado de Roberto, pero que nadie pudiera acercarse, ni siquiera a sus hijos, era extraño.
Tras fallecer Chespirito, una psiquiatra le cuestionó la conducta impenetrable que tenía. No administraba su tiempo hasta que llegó a su vida. Desde que llegó, tuvo horarios para dormir y horarios.
Chespirito, pero qué casualidad que un año de que te fueras, también lo hizo Graciela.
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