El 5 de febrero de 2025, un atroz crimen sacudió a la comunidad de Azoyatla, en el municipio de Mineral de la Reforma, Hidalgo. Tres personas, incluida una mujer llamada Rosaura, fueron brutalmente asesinadas con un arma punzocortante. Los hechos, ocurridos por la mañana, involucraron a Marco Antonio “N”, un exagente de tránsito que, tras un ataque a su expareja y su familia, huyó, pero fue detenido tras un fallido intento de suicidio. Este caso ha generado alarma y cuestionamientos sobre la violencia doméstica y la eficacia de la justicia en la región.
El crimen en Azoyatla: un acto de violencia brutal
El crimen se desarrolló en las primeras horas del 5 de febrero, cuando Marco Antonio «N» irrumpió en la vivienda de su ex pareja Rosaura, asesinando a ella y a sus padres, así como a su hermano. Testigos en la zona escucharon gritos de auxilio, lo que alertó a los vecinos y llevó a la intervención de las autoridades locales. El atacante, al darse cuenta de que su crimen había sido detectado, intentó escapar en una camioneta Dodge Journey, pero la rápida denuncia de los vecinos permitió a las autoridades iniciar un operativo para capturarlo.
La brutalidad del asesinato fue tan impactante que las autoridades confirmaron que tres de las víctimas ya no mostraban signos vitales al momento de la llegada de los paramédicos. Los sobrevivientes, quienes lograron escapar con vida, confirmaron que Marco Antonio «N» había estado involucrado en otros incidentes violentos, incluidas denuncias previas por violencia doméstica.
¿Quién es Marco Antonio “N”? Un policía con antecedentes de violencia
Marco Antonio “N”, quien fuera agente de tránsito en el municipio de Mineral de la Reforma, ha sido detenido previamente por diversos cargos, entre ellos violencia doméstica y secuestro. Su historial criminal estaba marcado por la agresividad, lo que llevó a su expareja a solicitar una orden de restricción en su contra. Sin embargo, pese a las denuncias, el exagente de tránsito recobró su libertad, lo que pone en evidencia las fallas en el sistema judicial para prevenir este tipo de crímenes.
El caso resalta la falta de protección para las víctimas de violencia doméstica, especialmente cuando los agresores cuentan con antecedentes y acceso a las armas. La sociedad se pregunta cómo es posible que alguien con tal historial pudiera ocupar una posición de autoridad como agente de tránsito, y aún más alarmante, cómo fue posible que, tras una denuncia, recobrara la libertad y continuara con sus crímenes.
La captura de Marco Antonio “N” y el operativo para su detención
Después del multihomicidio, Marco Antonio “N” intentó evadir a las autoridades al huir hacia la carretera Pachuca-Ciudad Sahagún. No obstante, su fuga fue corta, pues los esfuerzos de la Secretaría de Seguridad Pública de Hidalgo (SSPH), en colaboración con la Guardia Nacional (GN) y la Décimoctava Zona Militar, lograron ubicarlo y detenerlo en pocos días. Durante su captura, Marco Antonio intentó nuevamente quitarse la vida, siendo trasladado a un hospital de la capital hidalguense para recibir atención médica.
Este tipo de fugas y su trágica culminación pone de manifiesto la importancia de un sistema judicial que actúe con mayor rapidez y eficacia ante las denuncias previas de violencia.
Nuevos hallazgos y el contexto de inseguridad en Azoyatla
Mientras las autoridades investigaban el multihomicidio, el 6 de febrero se dio a conocer otro hallazgo macabro en la misma localidad de Azoyatla: dos cuerpos más fueron encontrados con signos de violencia. Las víctimas eran adultos mayores, y las investigaciones apuntan a que podrían estar relacionadas con el mismo clima de inseguridad que afecta a la región. La comunidad de Azoyatla ha sido testigo de un creciente número de delitos como robos a viviendas, vehículos y asaltos, lo que ha generado un sentimiento de vulnerabilidad entre los residentes.
En respuesta a esta situación, algunos vecinos han formado comités de vigilancia, mientras que las autoridades locales exigen mejoras en la infraestructura de seguridad, como la instalación de cámaras de vigilancia y alumbrado público para prevenir futuros crímenes.
Impacto en la comunidad y las demandas de seguridad
El caso de Marco Antonio «N» y el aumento de la violencia en Azoyatla subrayan la necesidad urgente de fortalecer las políticas de seguridad pública en Hidalgo y otras regiones afectadas por el crimen organizado y la violencia doméstica. La sociedad demanda más que nunca un sistema judicial eficiente, que no permita que los agresores escapen y sigan perpetrando crímenes tan graves.
Las autoridades, tanto locales como federales, deben tomar medidas contundentes para evitar que casos como este se repitan, y para garantizar la seguridad y protección de los ciudadanos en comunidades vulnerables.
¿Cómo prevenir la violencia y mejorar la justicia?
El multihomicidio en Azoyatla es un claro recordatorio de las deficiencias en el sistema judicial y la seguridad pública en México. Para prevenir futuros crímenes como este, es esencial que las autoridades refuercen las políticas de prevención de la violencia doméstica, garantizando que los agresores sean detenidos y procesados rápidamente. Además, las comunidades deben ser parte activa de la solución, mediante la denuncia oportuna de comportamientos sospechosos y la colaboración con las autoridades.