El exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, fue sentenciado a 38 años de prisión en Estados Unidos tras ser hallado culpable de conspirar con el Cártel de Sinaloa. La sentencia marca un hito en la historia de la seguridad y la corrupción en México, dejando al descubierto una red de complicidad entre el narcotráfico y el gobierno de Felipe Calderón.
El fallo, celebrado por autoridades estadounidenses y grupos defensores de derechos humanos, confirma lo que durante años fue un secreto a voces: el gobierno que se autoproclamó enemigo del narco operó en su favor desde las más altas esferas del poder.
García Luna y el narcogobierno de Calderón
El hombre de confianza del expresidente
Durante el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012), García Luna fue la figura clave detrás de la estrategia de seguridad nacional, liderando la fallida guerra contra el narcotráfico. Sin embargo, mientras encabezaba supuestos operativos contra los cárteles, en realidad favorecía y protegía a una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo.
¿Cómo operaba su red de corrupción?
Recibía sobornos millonarios del Cártel de Sinaloa a cambio de permitirle operar con total impunidad.
Utilizó a la Policía Federal y la AFI para deshacerse de rivales del cártel bajo la fachada de operativos legítimos.
Fabricó pruebas, torturó testigos y manipuló la justicia en casos emblemáticos como el de Florence Cassez e Isabel Miranda de Wallace.
La administración Calderón, lejos de erradicar el crimen, provocó el estallido de la violencia que aún hoy sigue afectando a miles de familias mexicanas.
El saldo de una guerra fallida
La guerra contra el narco no solo dejó más de 350,000 muertos y 70,000 desaparecidos, sino que además permitió el saqueo de más de 200 millones de dólares en recursos públicos.
Los montajes televisivos, la fabricación de culpables y las ejecuciones extrajudiciales fueron moneda corriente en este narcogobierno, cuyos efectos se siguen padeciendo en la actualidad.
Incluso figuras de la oposición han criticado la actuación de Calderón en este tema. En redes sociales, la Casa Blanca publicó un mensaje en referencia al caso García Luna, el cual fue reposteado por el expresidente mexicano sin percatarse de que era un ataque directo a su administración, lo que generó burlas y comentarios en su contra.
El impacto en la política actual
La condena de García Luna ocurre en un contexto de reconfiguración de las relaciones entre México y Estados Unidos.
Tras la reciente conversación entre Claudia Sheinbaum y Donald Trump, se acordó el despliegue de 10,000 elementos de la Guardia Nacional para reforzar la frontera y evitar el tráfico de fentanilo y migrantes.
Mientras tanto, la condena del exsecretario abre una nueva interrogante: ¿hasta dónde llegan los nexos de la corrupción en el pasado reciente de México?
Un paso hacia la justicia
El juicio y condena de García Luna confirma que la corrupción llegó a los niveles más altos del gobierno mexicano y que, por primera vez, un funcionario de su calibre ha enfrentado la justicia.Sin embargo, este caso no cierra el capítulo, sino que plantea una pregunta fundamental: ¿quién más debería ser investigado y castigado por estos crímenes?