Este jueves 28 de noviembre murió Silvia Pinal, la gran diva del cine mexicano, dejando un legado imborrable en la industria. Una de sus obras más emblemáticas es “Viridiana”, dirigida por Luis Buñuel, una película que marcó un hito al ganar la Palma de Oro en el Festival de Cannes en 1961. Sin embargo, más allá de este triunfo, la cinta quedó inmortalizada por la polémica y censura que enfrentó.
Protagonizada por Silvia Pinal, “Viridiana” fue prohibida por el Vaticano y el régimen franquista al considerarla inmoral y ofensiva hacia la religión. La trama sigue a una novicia que, al visitar a su tío, enfrenta situaciones que desafían sus creencias religiosas. El filme, cargado de simbolismos sexuales y una crítica mordaz a la hipocresía social y religiosa, escandalizó a las autoridades de la época. Especialmente controvertida fue su escena final, interpretada como una alusión a un trío sexual, lo que selló su condena.
La proeza de Silvia Pinal para salvar a ‘Viridiana’
Silvia Pinal no solo destacó por su actuación magistral, también lo hizo por su valentía. Para proteger la película de ser destruida, la actriz mexicana asumió riesgos personales al coser rollos de la cinta a su ropa y cruzar fronteras bajo estricta vigilancia. Gracias a su ingenio, una copia de “Viridiana” fue preservada y exhibida en Cannes, aunque permaneció vetada en España, México y otros países durante 16 años.
La censura del Vaticano que no pudo silenciar la película ‘Viridiana’
El Vaticano catalogó a “Viridiana” como una amenaza a la moral pública, mientras que el franquismo ordenó eliminar todas las copias. A pesar de los intentos de borrar la película, su trascendencia artística y social fue indetenible. Hoy es considerada una de las mejores obras de Luis Buñuel y un referente del cine mundial.
Finalmente, en 1977, con la caída del franquismo y cambios en la postura del Vaticano, “Viridiana” pudo ser liberada para el público internacional. La película, que fue rechazada en su época, se convirtió en un testimonio del genio de Buñuel y en un hito en la carrera de Silvia Pinal, consolidándola como una de las grandes figuras del cine.