Estoy en el hospital2

Estoy en el hospital, mi nuera me envió un regalo: “una caja de fideos instantáneos” y me hizo llorar.

Acostada en la cama del hospital después de un accidente de moto que parecía fatal, la señora Mai miró la caja de regalos que acababan de entregar en el hospital. Era un obsequio de su nuera.

De repente, una cálida sensación invadió su corazón. No esperaba mucho, pensó que tal vez dentro había algo sencillo como unos bocadillos o algo de fruta que su nuera había enviado. Pero cuando abrió la caja, sus ojos se quedaron fijos, no por algo lujoso, sino por una imagen familiar: una caja de fideos instantáneos.

La señora Mai estaba tan sorprendida que no sabía qué decir. ¿Por qué fideos instantáneos? ¿Por qué su nuera le enviaba esto al hospital, cuando ella necesitaba alimentos nutritivos después del accidente? Preguntas revoloteaban en su mente. Pero luego, como una corriente lenta de recuerdos, comenzó a recordar lo que había ocurrido hace 10 años, cuando ella había comprado una caja de fideos instantáneos exactamente igual para su nuera después de que tuviera su primer hijo.

Hace 10 años, cuando la nuera de la señora Mai, Lan, había dado a luz a su primer nieto, la señora Mai prometió ayudar a cuidar a madre e hijo. En ese momento, ella pensaba que cuidar a un bebé recién nacido no sería difícil, solo era necesario darle de comer, bañarlo y cambiarle el pañal. Pero cuando se enfrentó a la realidad de esas responsabilidades, comenzó a descuidarlas.

Lonely and sad elderly person in wheelchair in home nursing looking out  window, back view. Concept life of paralysis senior loneliness. Generation  AI Illustration Stock | Adobe Stock

Frecuentemente salía de la casa para hacer ejercicio, se encontraba con amigas o pasaba horas charlando.

Recordó una vez, después de estar fuera todo el día, cuando regresó a casa y Lan le dijo que la comida se había acabado y le pidió que fuera a comprar más. Ella pensaba que ir al mercado y cocinar para Lan era una tarea tediosa y que tomaba mucho tiempo, así que compró rápidamente una caja de fideos instantáneos, pensando que sería lo suficientemente conveniente para que Lan pudiera preparar algo para comer. Pensó: “Los fideos instantáneos son rápidos, fáciles de cocinar, no toman mucho tiempo y son suficientes para llenar el estómago.”

Pero no sabía que su acción había herido profundamente a su nuera. En ese momento, la señora Mai estaba tan absorbida en su propia vida que no se dio cuenta de lo mucho que Lan necesitaba atención y apoyo emocional de parte de su suegra. Olvidó que, después de dar a luz, una mujer necesita una nutrición adecuada y, lo más importante, el cuidado y la preocupación de su familia. Pero la señora Mai solo hizo lo que le resultaba más conveniente para ella misma.

La señora Mai se dio cuenta de que su nuera nunca había dicho nada sobre la caja de fideos instantáneos. Lan no se quejó, no la reprendió, solo permaneció en silencio, cuidando a su hijo y haciéndose cargo de sí misma. En ese momento, la señora Mai no prestó mucha atención, pensaba que todo estaba bien.

Pero ahora, cuando abrió la caja de fideos instantáneos, entendió que Lan no lo había olvidado. Tal vez Lan había recordado todo el tiempo lo insensible que fue su suegra con ella.

Ahora, acostada en la cama del hospital, mirando la caja de fideos instantáneos frente a ella, se sintió avergonzada y arrepentida. Recordó los días posteriores, cuando Lan dejó de pedirle ayuda para cualquier cosa. Lan se encargó de todo por sí misma, aunque seguían viviendo en la misma casa.

Recordó todas las veces que Lan se enfrentó en silencio a la indiferencia de su suegra, las veces que comía sola después de que la señora Mai saliera. Ahora, cuando lo pensaba, le dolía el corazón al recordarlo.

Mirando atrás, la señora Mai se dio cuenta de que había perdido muchas oportunidades para construir una buena relación con su nuera y cuidar a su nieto. En lugar de esas reuniones superficiales, debería haber pasado más tiempo con su familia. Había perdido la oportunidad de estar cerca de sus hijos y nietos en momentos importantes, solo por su egoísmo y su afición por divertirse.

Recordó la primera vez que abrazó a su nieto, la sensación de felicidad llenó su corazón, pero se desvaneció rápidamente cuando pensó que había “cumplido su deber” como suegra. Pero se dio cuenta de que estaba equivocada. El cuidado y el amor no son tareas que se pueden hacer y luego olvidar, son un proceso largo que requiere paciencia, dedicación y atención constante.

Ahora, acostada en el hospital, la señora Mai sentía que el tiempo pasaba más rápido que nunca. El accidente de moto la había obligado a detenerse y a mirar su vida desde otra perspectiva. Y por primera vez en muchos años, se dio cuenta de la soledad que sentía. Aunque sus hijos y nietos la visitaban con frecuencia, la distancia entre ella y su nuera nunca se había sanado después de lo sucedido.

La caja de fideos instantáneos frente a ella era el recordatorio más claro de todo lo que había perdido. Lan no necesitaba decir nada, pero al enviar esa caja, su nuera le estaba recordando silenciosamente el pasado, lo que hizo y lo que no hizo.

La señora Mai suspiró y se preguntó si aún tendría la oportunidad de enmendar sus errores. Quería estar más cerca de sus hijos y nietos, quería cuidarlos y amarlos de la manera correcta. Se arrepentía de no haber dedicado más tiempo a la familia cuando tenía la oportunidad. Y ahora, enfrentando los límites del tiempo y la salud, solo deseaba poder corregir sus fallos del pasado.

Decidió que, después de salir del hospital, cambiaría. Quería pasar más tiempo cuidando a su familia, compensando los días que se habían perdido. La señora Mai entendió que el amor y la preocupación nunca son demasiado tarde, siempre y cuando se reconozcan los errores y se esté dispuesto a corregirlos.

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