El pasado miércoles 15 de enero, el municipio de San Juan Cuautlancingo, Puebla, fue escenario de un hallazgo desgarrador: el cuerpo sin vida de Génesis, una niña de 10 años, reportada como desaparecida desde el 12 de enero. La menor fue encontrada cerca del edificio donde residía, con signos de tortura y abuso sexual.
El presunto responsable, un vecino identificado extraoficialmente como Luis Ángel “N”, se dio a la fuga. Las autoridades no han confirmado su identidad, aunque su pareja fue detenida para deslindar responsabilidades.
La búsqueda incansable de Génesis
Desde que desapareció, familiares y vecinos de Génesis emprendieron marchas y búsquedas en la comunidad. Sin embargo, mientras exigían avances, la policía encontró el cuerpo de la menor en un inmueble ubicado en la calle Morelos. El lugar era conocido por ser un punto de reunión para los niños de la zona, incluido Génesis.
Exigencias de justicia
Silvia, tía de la menor, expresó el dolor de la familia:
“Mi sobrina apareció sin vida… pedimos justicia por ella y por todas las víctimas del delito”.
La familia insiste en que las autoridades deben actuar con rapidez para detener al agresor, quien representa un peligro latente.
Feminicidios en Puebla: una crisis en ascenso
A pesar de que varios municipios cuentan con la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM), los colectivos feministas y activistas han cuestionado su efectividad. Señalan la falta de protocolos de actuación sólidos y la urgencia de garantizar acceso real a la justicia para las víctimas y sus familias.
Un llamado a la acción
El caso de Génesis evidencia la necesidad de reforzar las políticas públicas para combatir la violencia de género. Las demandas sociales incluyen:
Capacitación de autoridades: Sensibilización para atender casos de feminicidio.
Fortalecimiento de la AVGM: Garantizar que las medidas sean preventivas y efectivas.
Justicia expedita: Procesos judiciales claros y eficaces para castigar a los culpables.
La familia de Génesis, colectivos y ciudadanos de Puebla no permitirán que este feminicidio quede impune. El clamor por justicia es también un grito para proteger a otras niñas y mujeres del país.
