La dinastía Aguilar es una de las más influyentes y adineradas del medio del espectáculo, por lo que es natural que en sus publicaciones derrochen ciertos lujos como viajes en aviones privados, ropa de marca, entre otras cosas; sin embargo, un miembro de la familia no vivió en medio de todo este privilegio y se trataría del fruto de la relación entre el cantante de Credo y Carmen Treviño.

Como algunos sabrán, antes de Aneliz, Pepe Aguilar contrajo nupcias con la mencionada intérprete, aunque su unión fue muy breve, sí tuvieron tiempo de concebir a Emiliano, quien siempre se ha mantenido al margen del famoso clan, al grado en el que decidió emprender su propio camino mediante el rap y dejar así de lado al regional mexicano, género base de los Aguilar desde su fundación con Flor Silvestre y Antonio Aguilar.

Como algunos recordarán, hace unos años Emiliano estuvo envuelto en un escándalo cuando fue acusado por tráfico de personas, lo que lo llevó a permanecer en prisión durante un tiempo considerable, o al menos eso era lo que se creía, puesto recientemente, el rapero de 30 años salió a desmentir estos hechos señalando que, en realidad, solo estuvo en la cárcel durante mes y medio y el resto del tiempo estuvo en un anexo.

Todo ocurrió durante una entrevista con el podcaster Akio Annechini, quien abordó el tema sobre su detención relacionada con el tráfico de personas, a lo que él respondió que todo el mundo creía que había permanecido mucho tiempo en prisión, pero la realidad era distinta, pues la mayor parte del tiempo que estuvo lejos del ojo público fue cuando estuvo anexado, luego de que su abuela y su madre le pusieran una trampa.

Emiliano Aguilar contó que le dijeron que irían a comer, pero una vez en el supuesto establecimiento, salieron varios guardias a detenerlo: “Llegamos al ‘restaurante’ y escuché un portón. Mi mamá y mi abuelita me dice ‘ya llegamos’”. La realidad es que el negocio al que lo llevaron era una clínica de rehabilitación, donde lo mantuvieron encerrado y solo se le permitía salir cuando estaba su padre en Tijuana o en la CDMX. Lamentablemente, una vez que salió del lugar recayó en una vida de adicciones y solo se rehabilitó hasta que se fue a vivir a San Diego, donde formó una familia.