Hace casi dos años, las redes sociales asiáticas se convirtieron en un verdadero furor debido a las imágenes de un bebé recién nacido tan hermoso que muchos lo consideraron “brillante desde su nacimiento”. Inmediatamente, muchas personas comenzaron a llamarlo el “bebé recién nacido más hermoso del mundo” al ver las fotos de este pequeño que acababa de nacer.

Se sabe que el bebé es un niño tailandés llamado Arsya. La primera persona en publicar las fotos de Arsya fue el doctor Anton Tanjung, quien asistió en su nacimiento en el hospital. Este doctor no solo es conocido por su habilidad profesional, sino también por ser uno de los médicos más famosos de Tailandia, debido a su apariencia que recuerda a la de una estrella de cine.

Muchos confundieron al doctor con el padre del bebé, pero después todo se aclaró. Sin embargo, el aspecto del padre de Arsya aún no ha sido revelado, por lo que la gente sigue preguntándose qué tan guapo debe ser para tener un hijo tan bello.

En cuanto a la madre del bebé, Paeisa Seng, ella también demostró que tiene genes fuertes, con una nariz alta, pestañas largas y gruesas, y un rostro delicado y afilado. Paeisa también actualiza frecuentemente su página personal con fotos de su hijo.

Y al mirar las fotos de Arsya ahora, casi dos años después, muchos se sorprenden al ver que algunas de las características que lo hacían tan hermoso han desaparecido. Su nariz, aunque no es baja, ya no es tan prominente como antes, y su rostro, que solía ser de forma V-line, ahora es más cuadrado. A pesar de eso, sus grandes ojos y sus cejas gruesas siguen siendo los mismos.

Se sabe que Arsya nació prematuramente a los 7 meses, pero se ha mantenido muy saludable y activo. Su madre lo lleva a muchas actividades al aire libre y le proporciona lo mejor. A pesar de haber sido un fenómeno en las redes sociales, la vida de madre e hijo sigue siendo tranquila y sencilla.

 

¿Por qué algunos bebés recién nacidos que son muy bellos pierden sus rasgos a medida que crecen?

Los bebés recién nacidos suelen tener un aspecto adorable e inocente, lo que hace que todos los elogien. Sin embargo, en muchos casos, los niños que son muy bellos al nacer van perdiendo esos rasgos a medida que crecen, lo que puede sorprender a muchas personas. Las razones de este fenómeno se deben a diversos factores, desde la genética hasta el ambiente y los hábitos de vida.

Cambio debido a factores genéticos

El aspecto de los bebés recién nacidos está muy influenciado por la genética. Sin embargo, en esta etapa, la belleza del bebé no refleja completamente las características genéticas de los padres. Al nacer, los bebés suelen tener características faciales equilibradas, una piel suave y un cuerpo pequeño que los hace lucir adorables.

A medida que crecen, las características genéticas comienzan a hacerse más evidentes. Por ejemplo, la forma de la cara, la nariz, los ojos o la altura pueden desarrollarse según los genes dominantes de los padres. Si los padres tienen características que no son tan destacadas, esto también puede influir en la apariencia del niño a medida que crece.

Desarrollo no uniforme del cuerpo

El proceso de desarrollo de cada niño es diferente, lo que afecta en gran medida su apariencia. A medida que los niños crecen, partes de su cuerpo como la nariz, las orejas, la mandíbula o los huesos faciales se desarrollan a diferentes ritmos, lo que provoca cambios en su rostro y figura.

Por ejemplo, un bebé que tiene una cara redonda y tierna puede ver cómo el desarrollo de su mandíbula o pómulos hace que su rostro se vuelva más angular o desequilibrado. Del mismo modo, si el cuerpo se desarrolla de manera desigual, el niño puede perder la simetría que tenía, lo que afecta su apariencia general.

Impacto del ambiente y los hábitos de vida

Además de los factores genéticos, el ambiente y los hábitos de vida también juegan un papel importante en la conservación o pérdida de la belleza natural de los niños.

Nutrición: Una dieta desequilibrada o deficiente en nutrientes esenciales puede afectar la piel, el cabello y el desarrollo físico de los niños.
Hábitos de vida: Hábitos como no dormir lo suficiente, exponerse demasiado al sol sin protección o no mantener una buena higiene personal también pueden disminuir la belleza natural.
Factores ambientales: Un ambiente contaminado, la falta de aire limpio o la exposición a sustancias tóxicas pueden afectar negativamente la apariencia.