En sus sinceras memorias, ‘Spare’, el príncipe Harry dejó en evidencia los desafíos que supuso crecer en el seno de la familia real británica como ‘suplente’ del heredero, el príncipe Guillermo. Pero quizás el resumen más conciso y profundo se resume en tan solo seis palabras: “el suplente siempre podía ser suplente”.

Esta poderosa declaración reveló los sentimientos de Harry sobre su lugar dentro de la jerarquía de la Casa de Windsor. Como hijo menor del rey Carlos y la princesa Diana, admitió con franqueza que se sentía como una “oportunidad de última hora” y una “pieza extra en el rompecabezas de la realeza”. A diferencia de su hermano William, que llevaba el peso de la corona, Harry sentía que era “prescindible”.

Esta distinción le otorgó a Harry ciertas libertades durante su infancia, pero también le dejó una sensación persistente de insignificancia. En las páginas de sus memorias, pintó un retrato conmovedor de su papel, confesando que su familia lo había convertido en un “nulo”.

A pesar de estas realidades, Harry decidió no permitir que eso lo definiera. Sin embargo, la etiqueta de “repuesto” lo siguió como una sombra. Lo convirtió en el suplente que apoyaba, esperando entre bastidores en caso de que “el destino pusiera su mano cruel sobre Willie”. Durante décadas, este fue el propósito profundo que Harry creyó tener: estar siempre listo como un “centinela vigilante” para su amado hermano.

En 2020, a los 39 años, Harry tomó la extraordinaria decisión de dar un paso atrás en sus obligaciones y emprender un nuevo camino en California con su esposa Meghan Markle y sus hijos. A través de entrevistas explosivas, una serie íntima de Netflix y las revelaciones de sus memorias, Harry ha arrojado luz decisivamente sobre el funcionamiento interno de la Firma y ha fracturado irreparablemente su vínculo con su hermano William. Hoy, se dice que ya no se hablan, y su conexión se perdió en un abismo de silencio.

Parece improbable que Harry vuelva a ocupar su puesto real. Mientras algunos lamentan la pérdida de este vínculo, otros ven a Harry recuperando su vida y su sentido de propósito más allá de su papel predeterminado como “suplente”. Ahora que viven en gran medida fuera del foco de atención en Montecito, ¿qué piensan sus nuevos vecinos sobre el enigmático duque y la duquesa?

Contrariamente a lo esperado, Harry y Meghan mantienen un perfil notablemente bajo en su exclusiva comunidad de California, según los lugareños. Harry solo es visto ocasionalmente paseando a sus perros o llevando a los niños al colegio, siempre con seguridad. A Meghan también rara vez se la ve más allá de un almuerzo informal o una compra de comestibles.

Aunque Montecito está acostumbrado a residentes ricos y famosos, ninguno ofrece el mismo nivel de seguridad que los Sussex. Su preferencia por el aislamiento contrasta con la de otros como Oprah Winfrey, que están mucho más integrados a la vida comunitaria. Esto ha generado una mezcla de admiración, curiosidad e incluso una leve frustración por parte de vecinos como Richard Mins, que esperan con impaciencia ver a la pareja real.

A pesar de su carácter esquivo, Harry y Meghan hacen apariciones públicas ocasionales. Una de ellas fue para apoyar una nueva librería del barrio que lleva el nombre de algo que Harry dijo alguna vez. Estrellas internacionales como Oprah también se unieron a la celebración de la incorporación cultural. Los lugareños esperan más, ya que Harry cumple 40 años este fin de semana y sus amigos volarán para celebrar el hito cuidadosamente planificado por Meghan.

A pesar de todo, los Sussex mantienen un delicado equilibrio. Su aislamiento se alinea con el deseo de una mayor privacidad, una fuerza impulsora en su decisión de abandonar los deberes reales. Sin embargo, siguen abogando apasionadamente de forma selectiva por causas como la salud mental, la desigualdad racial y el medio ambiente. Este enfoque calibrado les permite ejercer la paternidad en privado mientras defienden públicamente iniciativas que son importantes para ellos.

Aunque Evebyn mantiene un perfil bajo, el impacto de Harry y Meghan se siente profundamente a nivel global y local. Su presencia aporta una mística incomparable de realeza mezclada con el atractivo de Hollywood mientras abren nuevos caminos fuera de la tradición. Ya sea que elijan volverse más visibles o no, los Sussex ciertamente no son comunes. Para los vecinos de Montecito que observan con gran intriga, solo el tiempo dirá si alguna vez dan un paso más hacia la luz o continúan apreciando vidas tranquilas en sus propios términos.