Tras el fallecimiento de la icónica cantante Dulce, intérprete de éxitos como Déjame volver contigo, Tu muñeca y Lobo, surgieron especulaciones sobre aspectos poco conocidos de su vida personal. Entre ellas, el comunicador Javier Ceriani afirmó tener información de que la artista habría sido practicante de santería, lo que generó revuelo entre sus seguidores y la opinión pública.
En respuesta, Roberto Hernández, amigo cercano de Dulce, salió a desmentir las acusaciones y a ofrecer claridad sobre el tema en una entrevista con el propio Ceriani.
Por medio de esta plática, Hernández confirmó que Dulce tuvo un breve acercamiento a la santería, influenciada por su hermana Isabel, quien sí es practicante activa. Sin embargo, enfatizó que la cantante nunca se inició formalmente en esta religión.
Dulce no era practicante. No hay un babalao ni un santero de Dulce porque no era una practicante asidua ni frecuente de la santería. Quien diga eso está mintiendo”, aseguró Hernández.
Pero eso no fue todo, pues según el relato, la artista llegó a tener algunas figuras de santos, que más tarde entregó a su amigo. “Los santos hace mucho tiempo no están en la casa de Dulce. Los tengo yo, y puedo decir con total tranquilidad que ella no era santera”, aclaró.
Aunque Dulce asistía ocasionalmente a eventos como fiestas de tambores, su participación no trascendió a un compromiso religioso. “Le gustaba ir por curiosidad o diversión, pero no porque fuera practicante”, apuntaló.
Roberto Hernández reveló que Dulce se distanció definitivamente de la santería hace varios años tras un episodio de profunda angustia personal.
Hace cuatro años, su nieto estuvo gravemente enfermo y fue hospitalizado en Mérida. En su desesperación, Dulce se arrodilló ante Dios en una capilla del hospital y le hizo una promesa. Le pidió que sanara a su nieto y juró que nunca más adoraría nada que no fuera Dios padre todo poderoso”, explicó Hernández.
Desde entonces, Dulce se enfocó exclusivamente en su fe cristiana, cumpliendo la promesa que había hecho.
Las declaraciones de Hernández han sido bien recibidas por los seguidores de Dulce, quienes han destacado su integridad y su capacidad para transformar sus creencias personales en función de sus valores y vivencias.
Este episodio, aunque polémico, ha mostrado otra faceta de la intérprete de Matamoros, reafirmando su legado no solo como artista, sino como una mujer profundamente humana y cercana a su fe