Robert De Niro es indiscutiblemente un ícono del cine en Hollywood, con una carrera que ha abarcado más de cinco décadas. Como destacó The Guardian en 2019, De Niro fácilmente podría eclipsar a actores modernos como Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, y Daniel Day-Lewis. Con dos premios Óscar en su haber, De Niro ha vivido momentos significativos tanto en su pasado como en su presente, marcados por una mezcla de logros artísticos y desafíos personales.

Nacido el 17 de agosto de 1943 en Nueva York, hijo de los pintores Virginia Admiral y Robert De Niro Sr., el joven De Niro fue criado en un entorno profundamente artístico. A pesar de la separación de sus padres cuando él tenía apenas dos años, mantuvo una relación cercana con su padre, quien fue abiertamente homosexual. Esta compleja vida familiar tuvo un profundo impacto en De Niro, moldeando su sensibilidad artística y su visión de la vida. Su padre falleció en 1993, y De Niro ha mantenido intacto el estudio que él dejó, como una forma de honrar su legado.

De Niro creció en las vibrantes calles de Greenwich Village, rodeado de la comunidad artística bohemia de Nueva York. Asistió a la High School of Music & Art, donde recibió una formación artística formal, pero su pasión por la actuación realmente floreció cuando estudió en el conservatorio Stella Adler. Allí fue expuesto a las rigurosas técnicas del método actoral, lo que marcó su carrera.

A lo largo de su carrera, De Niro se ha destacado por su dedicación al método de actuación, sumergiéndose por completo en los papeles que interpreta. Uno de los ejemplos más icónicos es su papel como Travis Bickle en Taxi Driver (1976), donde trabajó como taxista en Nueva York para entender mejor la vida de su personaje. Este nivel de compromiso le ha permitido interpretar a una amplia gama de personajes, desde gánsteres hasta figuras cómicas.

El legado de De Niro como actor está cimentado en su versatilidad y su capacidad para profundizar en las complejidades emocionales de cada papel. Su colaboración con el director Martin Scorsese ha sido uno de los aspectos más destacados de su carrera, produciendo películas inolvidables como Raging Bull (1980), Goodfellas (1990), y Casino (1995). A lo largo de los años, De Niro ha mostrado su capacidad de reinventarse, navegando tanto dramas intensos como comedias.

Además de su carrera cinematográfica, la vida de De Niro también ha estado marcada por momentos personales conmovedores, incluyendo la pérdida de seres queridos y los retos de la vejez. Con su impresionante legado tanto en la pantalla como en su vida personal, De Niro sigue siendo una de las figuras más respetadas y admiradas en la historia del cine.