En la mañana del 17 de marzo de 2017, un joven de 19 años, Salvador Cárdenas Fuentes, dejó su hogar en la comunidad El Llanito, Guanajuato, para ir a ver a su novia. Sin embargo, nunca llegó a su destino. Su vida cambiaría para siempre cuando, junto a dos primos, fue perseguido por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en un hecho que se convertiría en uno de los casos más emblemáticos de desaparición forzada en el país.
La detención arbitraria de Salvador Cárdenas
Aquel día, Salvador y sus primos fueron interceptados por militares en el pueblo. Dos de ellos lograron escapar, pero Salvador fue detenido sin motivo alguno. Los familiares de Salvador, preocupados por su paradero, acudieron a las instalaciones de la Zona Militar para exigir respuestas. La respuesta fue alarmante: los militares aseguraron no tener ningún detenido. En su desesperación, la familia también acudió a otras autoridades y hospitales, pero las respuestas fueron siempre las mismas.
A pesar de las investigaciones, el destino de Salvador parecía incierto hasta que, días después, su cuerpo fue encontrado a un costado de una carretera en Irapuato, con un disparo en la cabeza. La familia, en su dolor, comenzó a juntar las piezas de un rompecabezas que los llevaría a descubrir que Salvador había estado en contacto con las autoridades militares hasta cuatro días después de su desaparición, cuando su teléfono celular seguía enviando señales desde diferentes bases de operaciones militares.
El amparo y la larga lucha por la justicia
A finales de 2024, después de una ardua batalla legal, una jueza del Distrito Noveno con sede en Irapuato otorgó un amparo y la protección de la justicia federal para Salvador Cárdenas y su familia. Este fallo histórico también incluyó medidas reparadoras para las víctimas, entre ellas, una disculpa pública que debía ser ofrecida por la Sedena. La orden era clara: la máxima autoridad de la XII Zona Militar y del Octavo Regimiento Militar Blindado de Reconocimiento debía reconocer públicamente su responsabilidad por la violación de los derechos de Salvador, específicamente por su detención arbitraria, desaparición, y muerte. Además, se debía emitir una disculpa formal a la madre de Salvador, en su calidad de víctima directa.
La disculpa pública: Un símbolo de justicia
La fecha para la disculpa pública fue fijada para el sábado 18 de enero de 2025, a las 10 de la mañana, en un acto solemne en la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato. Este evento marca un hito importante en la lucha por los derechos humanos en México, particularmente en los casos de desapariciones forzadas. La disculpa no solo busca reparar el daño causado, sino también garantizar que este tipo de abusos no se repitan en el futuro.
El contexto de las desapariciones forzadas en México
El caso de Salvador Cárdenas es solo uno de los muchos ejemplos de desapariciones forzadas que han marcado la historia reciente de México. A pesar de los esfuerzos por parte de organizaciones de derechos humanos y la sociedad civil para erradicar estas prácticas, la impunidad sigue siendo un problema persistente. En este contexto, la disculpa pública que se brindará a la familia de Salvador es un paso positivo hacia la rendición de cuentas, aunque aún queda mucho por hacer para garantizar que se respeten los derechos de todas las personas en México.