La Triste Historia de Amparo Rivelles: Un Romance con un Mandatario Mexicano
Amparo Rivelles fue una de las actrices más emblemáticas de la época dorada del cine español y mexicano. Nació el 11 de febrero de 1925 en Madrid, en una familia profundamente vinculada con las artes. Su padre, el actor Rafael Rivelles, y su madre, María Fernanda Ladrón de Guevara, también actriz, marcaron su destino artístico desde una edad temprana. Sin embargo, su vida familiar no fue fácil, pues el matrimonio de sus padres fue breve y Amparo creció en un entorno de separación, lo que, sin duda, dejó huella en su vida personal y profesional.
Desde muy joven, Amparo se mostró talentosa y, a los 14 años, inició su carrera en el cine, rápidamente consolidándose como una de las figuras más importantes del cine español. Durante las décadas de los 40 y 50, su presencia en la pantalla fue indiscutible, con papeles destacados en películas como Alma de Dios y Amanecer en América, que la catapultaron a la fama.
A pesar de su éxito, su vida amorosa fue un tema que constantemente estuvo bajo el foco de los medios. A pesar de sus varios romances, Rivelles siempre fue muy reservada sobre su vida personal, manteniéndola alejada de los rumores y los escándalos. La paternidad de su hija, María Fernanda, fue un misterio durante años, y si bien se especuló sobre un romance con un capitán del ejército, nunca fue confirmado.
Uno de los episodios más comentados de su vida fue su romance con José López Portillo, un funcionario mexicano que, años después, llegaría a ser presidente de México. La relación, que fue conocida en su época, terminó de manera abrupta debido a las complicaciones personales de López Portillo, quien aún estaba comprometido con su exesposa. Este romance, aunque fugaz, dejó una marca en la vida de Rivelles, un capítulo lleno de pasión y dolor que jamás se desveló completamente.
A lo largo de su carrera, Amparo Rivelles se destacó no solo como actriz, sino también como madre y abuela, siendo una figura cercana y querida en México, país donde vivió durante muchos años. A pesar de los altibajos emocionales de su vida, nunca contrajo matrimonio y se mantuvo firme en su compromiso con su arte y su familia. El nacimiento de su nieta, también llamada Amparo, fue uno de los momentos más significativos de su vida, marcando un cambio profundo en su perspectiva personal.
Rivelles continuó trabajando en cine y televisión hasta la década de 1970, dejando un legado imborrable en la cultura mexicana, donde siempre será recordada como una de las grandes figuras del cine y el teatro. Su historia, marcada por los amores y los escándalos, es un testimonio de la fortaleza de una mujer que, a pesar de las dificultades personales, se mantuvo fiel a sí misma y a su pasión por la actuación.