María Sorté, a los 69 años, finalmente admite lo que todos sospechábamos

En un mundo donde la belleza y el talento a menudo van de la mano, María Sorté ha sido una de las actrices más queridas de México. Con una carrera que abarca más de cuatro décadas, ha cautivado a las audiencias con sus increíbles actuaciones y su impactante presencia, ganándose el título de “la Sofía Loren de México”. A los 69 años, la actriz se abre sobre su trayectoria y finalmente admite lo que muchos han sospechado sobre las realidades de la vida, el envejecimiento y la resiliencia ante la adversidad.

Una vida llena de desafíos

María Sorté nació en Camargo, Chihuahua, el 11 de mayo de 1955, en una familia marcada por la adversidad. A los 4 años perdió a su padre, un inmigrante libanés, y esa profunda pérdida dejó una huella en su vida. A medida que crecía, la vida no fue fácil, pues la responsabilidad de mantener a la familia recayó sobre los hombros de su madre, quien vendía verduras en el mercado local. A pesar de las dificultades, María nunca dejó de soñar. A temprana edad, su deseo de superarse fue evidente.

Cuando completó la secundaria, la familia se mudó a Ciudad Juárez, donde comenzó a trabajar limpiando casas y buscando maneras de seguir adelante. María siempre entendió que la educación era su única salida para escapar del entorno empobrecido en el que había crecido. Aunque sus aspiraciones de estudiar medicina se truncaron con la muerte de su madre, nunca dejó de luchar por su familia y su futuro.

El camino hacia la fama

En la Ciudad de México, María comenzó a estudiar Medicina, pero fue en ese proceso cuando su vida dio un giro inesperado. Un encuentro casual con el actor Luis Jimeno la llevó a descubrir una nueva pasión: la actuación. María dejó sus estudios de medicina y se inscribió en la Academia Andrés Soler. En sus primeros años en el medio, apareció en fotonovelas, un género popular en México en los años 70 y 80. Gracias a su fotogenia, estas publicaciones catapultaron su visibilidad en la industria.

Al principio, usaba su nombre real, María Arfuch, pero pronto cambió su apellido a Sorté, inspirado por un agente publicitario que le explicó que “suerte” en italiano es “sorté”, un nombre más fácil de recordar y comercializar. Con este cambio de nombre, la actriz inició su carrera en televisión y cine, alcanzando rápidamente el estatus de estrella.

El amor y la pérdida

A lo largo de su vida, María Sorté compartió dos décadas con Javier García Paniagua, un hombre que, aunque estuvo vinculado con figuras del mundo del contrabando en los años 70 y 80, María describió como “la persona más inteligente que he conocido”. Juntos tuvieron dos hijos, Omar y Adrián, y vivieron una vida de altibajos. Sin embargo, la tragedia golpeó en 1998 cuando Javier falleció de un infarto, lo que marcó uno de los momentos más oscuros de la vida de María.

Durante este tiempo, los medios de comunicación informaron erróneamente sobre la muerte de su esposo, diciendo que había muerto de manera violenta, lo que solo amplificó el dolor de la actriz. A pesar de los numerosos intentos de otros hombres de ganarse su corazón, María nunca pudo encontrar a alguien que reemplazara a su amado Javier.

“Cuando perdí a mi esposo, hace ya más de 20 años, intenté darme una oportunidad, pero después te das cuenta de que nadie puede reemplazar a alguien que amas”, expresó Sorté. Sin embargo, hoy en día, a sus 69 años, valora profundamente los momentos con sus nietos y su independencia.

Resiliencia y fuerza maternal

Uno de los momentos más difíciles de la vida de María fue cuando su hijo, Omar García Harfuch, fue atacado en 2020. Omar, quien es el director de seguridad de la Ciudad de México, fue víctima de un atentado por parte de un grupo criminal. A pesar del susto y los peligros de la situación, María se mostró serena y fuerte. “Siempre rezo por mi hijo. Estoy muy orgullosa de él”, afirmó.

A pesar de las preocupaciones por la seguridad de su hijo debido a su trabajo, María nunca ha considerado mudarse a otro país. “Sigo viviendo aquí y no voy a abandonar este lugar”, declaró con determinación. También explicó que siempre le ha aconsejado a Omar no seguir ese camino, pero que él decidió continuar con su vocación en la seguridad pública.

La superación personal

María Sorté no solo ha demostrado ser una madre fuerte y una actriz talentosa, sino también una mujer resiliente que ha superado innumerables desafíos. A lo largo de su carrera, ha sido reconocida no solo por su belleza, sino también por su capacidad para interpretar roles complejos en diversas telenovelas y películas. Su papel en “Mi segunda madre” y otros proyectos la solidificaron como una de las figuras más queridas en la televisión mexicana.

Hoy, a sus 69 años, María continúa siendo una inspiración para muchas mujeres. “Nunca es tarde para amar”, dice, demostrando que la vida siempre ofrece nuevas oportunidades, incluso después de las pérdidas y desafíos más grandes.

María Sorté sigue siendo un ejemplo de valentía, fortaleza y amor inquebrantable, no solo en sus papeles en la pantalla, sino en la vida real.