La Trágica Muerte de Roberto Cobo y Su Amante Joaquín Vargas García
La historia de la trágica muerte de Roberto Cobo y su supuesto amante, Joaquín Vargas García, es un relato marcado por el misterio y la tristeza, entrelazando sus destinos en el mundo del cine mexicano. Cobo, un actor icónico cuyo talento deslumbró durante décadas, alcanzó el reconocimiento por su extraordinaria habilidad y su estilo único, especialmente por su electrizante presencia en pantalla. Es particularmente conocido por su papel de “El Jaibo” en Los Olvidados (1950), una película que marcó un hito tanto en la carrera de Cobo como en la historia del cine mexicano.
Sin embargo, detrás de la fama, la vida de Cobo fue todo menos sencilla. Criado en una familia de actores, enfrentó pérdidas personales desde muy joven, incluyendo la muerte de su padre, y posteriormente fue adoptado por su padrastro, Alejandro Cobo, tras el segundo matrimonio de su madre. El ascenso de Roberto en la industria cinematográfica estuvo marcado por sus poderosas y dinámicas interpretaciones, tanto en cine como en teatro, lo que lo llevó a desempeñar uno de sus papeles más memorables en El Lugar Sin Límites (1978), donde interpretó a un personaje transgénero, La Manuela. Este papel resonó especialmente con la comunidad LGBTQ+, ya que presentó una mirada cruda y sin concesiones sobre las luchas de las personas no conformes con su género en una época de normas sociales rigurosas.
Aunque su éxito profesional fue rotundo, la vida personal de Cobo estuvo envuelta en el misterio, sobre todo en lo que respecta a su sexualidad. Aunque nunca confirmó ni desmintió públicamente los rumores sobre su homosexualidad, su interpretación de La Manuela generó especulaciones al respecto. Cobo mantuvo una ambigüedad en torno a su vida personal, llegando incluso a expresar desdén por los homosexuales “afeminados” en entrevistas públicas. Su renuencia a asumir una identidad abiertamente queer reflejaba las presiones sociales de la época, cuando aceptar la propia sexualidad podía llevar al ostracismo profesional y social.
Por otro lado, la historia de Joaquín Vargas García, conocido artísticamente como El Borolas, también es trágica. Comediante y actor que alcanzó la fama a finales de los años 40, tuvo una relación personal con Cobo que permaneció como un secreto guardado celosamente. Fuentes indican que estuvieron involucrados románticamente y vivieron juntos en el barrio de Tlatelolco en la Ciudad de México. Sin embargo, su relación sufrió un grave deterioro cuando comenzaron a circular rumores de que Cobo había intentado robarle dinero a El Borolas para alimentar su adicción a las drogas. Esto desencadenó una ruptura dolorosa que sumió a El Borolas en una profunda depresión.
En un intento por ayudarlo a recuperarse, el legendario comediante Cantinflas introdujo a El Borolas en la masonería, lo que le proporcionó una estabilidad temporal. A pesar de un breve resurgir en su carrera, incluyendo un papel destacado en La Criada Bien Criada, El Borolas sucumbió nuevamente a las garras de la adicción, lo que finalmente llevó a su trágica muerte en 1984.
Las vidas entrelazadas de Roberto Cobo y Joaquín Vargas García reflejan las luchas personales y profesionales de muchos en la industria del entretenimiento, especialmente durante una época en la que la aceptación social de las personas LGBTQ+ era mínima. Sus historias, marcadas por el misterio, el amor, la adicción y la tragedia, siguen siendo un recordatorio emocional de las complejidades que se esconden detrás de la fachada glamorosa del estrellato.