Wallis Simpson: El final de la mujer que hizo abdicar al rey de Inglaterra, Eduardo VIII
Wallis Simpson, nacida como Bessie Wallis Warfield el 19 de junio de 1896 en Blue Ridge Summit, Pensilvania, Estados Unidos, es una figura que ha quedado grabada en la historia de la monarquía británica por su relación con Eduardo VIII, quien, debido a su amor por ella, abdicó del trono. La vida de Wallis estuvo marcada por una serie de escándalos, dificultades personales y una influencia que cambió el curso de la historia británica.
Desde temprana edad, Wallis experimentó la muerte prematura de su padre, lo que sumió a su familia en una difícil situación económica. Sin embargo, logró superar las adversidades y vivir en un ambiente privilegiado gracias a su segundo matrimonio con Ernest Aldrich Simpson, un ejecutivo naviero británico. Fue durante este matrimonio cuando Wallis comenzó a frecuentar círculos de la alta sociedad británica, donde conoció al príncipe Eduardo, hijo del rey Jorge V y heredero al trono.
En 1931, Wallis y Eduardo comenzaron una relación que, aunque escandalosa debido a que Wallis aún estaba casada, fue intensamente pasional. En 1936, cuando Eduardo ascendió al trono como rey de Inglaterra, su amor por Wallis provocó una crisis en la monarquía. En una época en la que la Iglesia de Inglaterra no aceptaba el matrimonio de un monarca con una persona divorciada cuyo exesposo aún viviera, la situación se volvió insostenible.
La presión social, política y religiosa fue tal que el 11 de diciembre de 1936, Eduardo VIII tomó la histórica decisión de abdicar. En un acto sin precedentes, el rey renunció a la corona con la famosa declaración de que no podía llevar “la carga de la responsabilidad” sin el apoyo de la mujer que amaba. Así, Eduardo se convirtió en el primer monarca británico en abdicar voluntariamente, y Wallis pasó a ser la mujer que lo acompañaría el resto de su vida.
Tras la abdicación, Eduardo recibió el título de Duque de Windsor, pero Wallis nunca fue reconocida oficialmente como “Su Alteza Real”. La pareja se casó en 1937 en una ceremonia privada en el Castillo de Candé, Francia. Sin embargo, la relación estuvo marcada por la controversia, especialmente debido a los rumores que sugerían que los Duques tenían simpatías hacia el régimen nazi. En medio de la Segunda Guerra Mundial, Eduardo fue nombrado gobernador de las Bahamas, donde ambos vivieron durante algunos años.
La vida en las Bahamas no fue fácil para Wallis. Fue criticada por su actitud hacia la población local y sus comentarios en ocasiones polémicos. Tras la guerra, la pareja se trasladó a París, donde continuaron siendo una figura controvertida, siempre en el centro de las críticas de la prensa y la sociedad.
A pesar de las dificultades y los desafíos, los Duques de Windsor vivieron sus últimos años en París. Wallis Simpson falleció el 24 de abril de 1986 a los 89 años, dejando tras de sí un legado complejo que combinó amor, escándalo y política. Su vida no solo alteró la trayectoria de la monarquía británica, sino que también sigue siendo un tema de debate y fascinación en la historia moderna.
Hoy, más de tres décadas después de su muerte, Wallis sigue siendo una figura que genera tanto admiración como controversia. Sin duda, su relación con Eduardo VIII sigue siendo uno de los episodios más recordados de la monarquía británica.